David Matallana es un joven emprendedor, quien ha logrado sortear la pandemia del Covid-19 gracias a su 'pilera' para los negocios.
A David Matallana Molina, sus papás le enseñaron a emprender. De ellos heredó ese empuje que hoy lo ha ayudado a sortear la embestida económica provocada por el Covid-19.
El joven caleño es el creador de Barber House, una barbería que ahora es móvil, evitando que los clientes salgan de casa.
Un proyecto que inició como ‘salvavidas’ del que fue un negocio próspero por cuatro años y que ahora es el trampolín de una idea que cree revolucionaria.
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El niño de los dulces
Desde que estaba en el colegio, David Matallana mostró su talento para negociar. Vendió confitería en su aula y la fama que eso le otorgó lo llevó a trabajar en emprendimientos con varios de sus profesores.
Con su incipiente experiencia como comerciante, a los 15 años montó una venta de películas en el garaje de su casa, en el barrio Caney, zona sur de Cali.
“Cogí un televisor viejo y abrí mi local”, recordó entre risas, aunque se detiene para decir que ese es su emblema: si hay una idea, “hay que empezar con lo que haya”. Su mamá, Martha Molina, lo reafirma. Define a David como un hombre soñador. “Él no se detiene hasta que hace lo que tiene en mente”, dice.
Fue ese empuje que le permitió expandir su local de películas a la esquina, en una caseta que construyó y en la que trabajó hasta 2015, cuando creó Barber House. No es barbero, pero en ese gremio logró construir una marca en cuatro años que se expandió por el sur de Cali.
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Regenerarse
“Mi muchacho la pasó mal cuando tuvo que cerrar por la pandemia”, contó Martha. David pasó noches enteras encerrado, pensando cómo salvar su patrimonio. “En una de esas se me ocurrió que si la gente no iba a la barbería, nosotros iríamos a la gente y pensé en el tráiler”, relató David, de 25 años.
Barber House Móvil es un pequeño vehículo que carga una ambientación de una verdadera sala de peluquería masculina, con silla, espejo, implementos de corte de cabello y los trajes y protocolos de bioseguridad que exige la emergencia sanitaria.
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Martha es la encargada de agendar las citas y trasladar el trailer. Mientras tanto, David sigue trabajando en otro proyecto: Troqi, la gran idea en la que pensó cuando materializó el traíler, pero que por falta de presupuesto solo pudo empezar a ejectuar ahora.
“Son vehículos 100% eléctricos que buscamos vender a barberías, salones de bellezas, fruvers, para que vendan a domicilios”, explica. Una especie de local móvil que además contará con un espacio virtual y asesoría para promocionarlo.
Ahora, David está vendiendo su barbería para apalancar a Troqi. Cree ciegamente en que es una idea que revolucionará el mercado y con el que podrá seguir viviendo de su espíritu audaz.
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