Una familia caleña vive una tragedia después de que un joven intentara suicidarse por irse de fiesta, darle Covid-19 y contagiar a sus abuelos, que ahora están en una UCI.
El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina a través de una rueda de prensa , informó que una familia vive una doble tragedia por cuenta de un contagio de un adolescente que se escapó a una fiesta.
Según el mandatario, el menor pudo contagiarse en una reunión a la que sus padres le habían pedido no asistir. Tras su regreso a casa empezó a tener fiebre, perdió el olfato y tener otros síntomas. “No dijo nada por pena”, contó Ospina.
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La prueba arrojó positivo para Covid-19. Lo aislaron, pero ya había tenido contacto con sus abuelos, ambos mayores de 80 años de edad.
Ellos hoy están en una unidad de cuidados intensivos y el muchacho (de 16 años de edad) hizo un intento de suicidio”, reveló Ospina.
El mandatario llamó la atención a los jóvenes, “no pasa nada si no van a una fiesta un día”, les dijo.
¿Los jóvenes llevan el virus a casa?
En el número de casos confirmados para Covid - 19, el grupo poblacional con más infectados está entre los 25 y 29 años (12.586 casos), seguido de los 30 a 34 años (11.869 reportes) y de 35 a 39 años (10.692 personas)
No obstante, de los 2.765 fallecidos por el virus, 2.587 tenían más de 50 años.
Cabe recordar que el reciente fin de semana se registró tremenda fiesta con 300 jóvenes.
De acuerdo con Jimmy Dranguet, subsecretario de Inspección, Vigilancia y Control de la Secretaría de Seguridad, los jóvenes permanecían aglomerados sin ningún tipo de distanciamiento, es más, algunos no tenían tapabocas.
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“Trabajando con la Policía Nacional desarticulamos una aglomeración de personas que había al interior de una discoteca. Más de 300 personas estaban al interior del establecimiento sin ningún tipo de distanciamiento, no usaban tapabocas ni tenían normas de bioseguridad”.
“El establecimiento se cerró y se le aplicarán las sanciones más drásticas que contempla el código de convivencia ciudadana”, añadió Dranguet.
Además el pasado fin de semana se vivieron también otros desórdenes, a pesar que regía el toque de queda.
En Puerto Mallarino hubo una fiesta de más de 1.000 personas el 1 de enero, en Eduardo Santos otra aglomeración de 300 personas que terminaron abriendo un hidrante para bañarse, sumada a la fiesta electrónica en el norte de la ciudad.
Lo preocupante es que la mayoría son jóvenes que se han convertido en los transmisores del virus a las casas y los más afectados son los adultos mayores.
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