Si recordamos, nos daremos cuenta que al estornudar siempre lo hacemos con nuestros ojos cerrados.
Es casi imposible lograr estornudar con los ojos abiertos y esto tiene una explicación científica.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts publicó un estudio donde menciona que cerramos los ojos como un acto de reflejo que el cuerpo humano realiza como mecanismo de protección.
Estornudar es un mecanismo de protección del cuerpo cuando algún elemento extraño entra por la nariz y pone en peligro las vías respiratorias y los pulmones.
El estornudo empieza con un cosquilleo, luego el diafragma desciende e inspira grandes cantidades de aire que luego son expulsadas a gran velocidad.
Cuando estornudamos, todas esas bacterias e infecciones que salen de la nariz pueden alcanzar 6 metros de distancia.
Por eso, el cerebro envía una señal a los párpados para que se cierren y así evitar que cualquiera de esas partículas dañinas entren a los ojos y causen infecciones.
Esos flujos, salivas y líquidos que salen de la nariz contienen cientos de bacterias que pueden alcanzar una velocidad de 150 kilómetros por hora.
¿Increíble, no?
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