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La dificultad para hablar con naturalidad no limita al recordado ex jugador del Deportivo Cali, Miguel Escobar. En la actualidad usa un laringófono que le regalaron los periodistas Javier Hernández Bonnet y Javier Fernández.
“Esta es mi vida, con esto por lo menos me puedo comunicar, la gente dirá que hablo como un robot, pero a mí me da lo mismo”, dice el exfutbolista con sus ojos llorosos por el esfuerzo que hace para expresarse.
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“Desde muy pelado siempre tuve problemas con la voz. Me acuerdo un día que fui a visitar a mi mamá a Buga tenía inconvenientes para respirar. Me llevaron al hospital acá en Cali y me operaron”, indicó el exzaguero.
Sin embargo, esto no es impedimento para que él siga realizando sus actividades preferidas: caminar, jugar billar y bailar. Físicamente está intacto y se puede valer por sí mismo.
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A diario camina desde su casa, en el barrio Las Mercedes, hasta el centro de Cali.
“Allá almuerzo y después me voy a jugar billar. Me veo con ‘Barby’ Ortiz, el ‘Maestro’ Arboleda y toda la gallada. A las 5:00 de la tarde me vengo a pie para mi casa”, cuenta ‘la fuerza callada’, apodo que le puso el periodista cubano José Pardo Llada.
Y por estos días está feliz, pues después de 10 años por fin le llegó la pensión que estaba esperando.
“Con el primer dinero de la pensión espero irme a Santa Marta con mi esposa”, confesó sonriente el exdefensor central nacido en Buga, próximo a cumplir 74 años, el 18 de abril. Con mucha alegría y amabilidad nos recibió en su casa.
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