Cabe recordar que la visita de Pelosi a Taiwán desató la furia en China quien declaró ese viaje como una "gran provocación".
El martes 2 de agosto, lapresidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, aterrizó en Taipéi, la capital de Taiwán, a pesar de las alertas y amenazas del Gobierno chino.
"Nuestra visita honra el compromiso inamovible de Estados Unidos con Taiwán y el apoyo a la democracia", dijo a pesar de que China ha insistido durante los últimos días en que tomará medidas "contundentes" en caso de que se hiciera la visita.
En este sentido, hizo hincapié en que se trata de un viaje que se enmarca en su gira por distintos países del Indo-Pacífico, incluidos Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón, y que se centra en "la seguridad mutua, la cooperación económica y la gobernanza democrática".
Casi 24 horas después de su aterrizaje, el avión de Pelosi despegó de Taiwán, pero antes de partir indicó que "Estados Unidos no abandonará a Taiwán" y que ha indignado a Pekín.
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La funcionaria declaró que la determinación de su país por "proteger la democracia taiwanesa y en el resto del mundo" permanece "inalterada".
Por su parte, la presidenta de Taiwán condecoró a Pelosi con la Orden de las Nubes Propicias por su "apoyo" al territorio. De igual manera mostró su esperanza de que Taiwán y EE.UU. "continúen su apoyo mutuo" para hacer que "la democracia brille de nuevo".
La furia de China
El Gobierno chino, que no ha tardado en reaccionar, ha condenado enérgicamente la visita "a pesar de las alertas pronunciadas por la parte china". El Ministerio de Exteriores ha señalado en un comunicado que la visita emite "señales erróneas a las fuerzas separatistas" de la región, que "buscan la independencia de Taiwán" y ha asegurado que trasladará a la parte estadounidense "su protesta".
Además, las autoridades del gigante asiático han defendido que la cuestión taiwanesa "forma parte de los asuntos internos del país en materia de soberanía e integridad territorial" y ha afirmado "las concesiones no tienen cabida" en relación con este asunto.
El Ministerio de Defensa chino se ha declarado en "alerta máxima" y ha hablado de "contramedidas" con el objetivo de "defender la soberanía nacional", tal y como ha informado su portavoz, Wu Qian, tras la visita de Pelosi.