El fuerte dispositivo policial desplegado por las autoridades francesas y la aplicación de la nueva doctrina de seguridad, en particular las detenciones preventivas, limitaron este sábado los disturbios durante la vigésimo tercera jornada de protesta de los llamados "chalecos amarillos".
Se trataba de una fecha marcada en rojo por los autoproclamados portavoces del movimiento que comenzó en noviembre pasado y que, con altibajos, no ha dejado de protestar cada sábado desde entonces, con reivindicaciones heterogéneas.
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Siguen los fuertes enfrentamientos entre la policía y los chalecos amarillos en París.pic.twitter.com/x3yuS9vIcd
— Descifrando la Guerra (@descifraguerra) 20 de abril de 2019
En medio de la Pascua cristiana, con un lunes festivo por delante en Francia, los "chalecos amarillos" habían dado un ultimátum al Ejecutivo de Emmanuel Macron, que debió retrasar el anuncio de las medidas para calmar su ira el pasado lunes a causa del incendio de la catedral de Notre Dame.
La cita de los manifestantes se había dado en París, ciudad donde en el pasado han marcado las páginas más violentas de su movimiento protestatario.
Usage massif de lacrymogènes à #toulouse. #GiletsJaunes #Acte23. pic.twitter.com/gizOM6hGoN
— Frédéric RT France (@frederic_RTfr) 20 de abril de 2019
El despliegue policial fue inmenso y desde primera hora de la mañana se hicieron casi sistemáticos los registros de toda persona que se acercaba a lugares sensibles.
Más de 10.000 personas fueron cacheadas, casi 200 detenidas y la mayor parte de ellas llevadas a dependencias policiales, algo que les permite la nueva normativa aprobada por el actual Gobierno.