A pesar de tener 65 años de edad, la mujer trans colombiana Marta Castaño Torres no renunciaba a su arriesgado trabajo. Tenía que reunir dinero para sostener a una hija y el medio para lograrlo era su cuerpo.
Ofrecía servicios sexuales en un portal web de prostitución, con el mote de “Yessenia”, y alquilaba un pequeño apartamento en Roma, Italia, junto a una colega venezolana. Allí recibía a los clientes, sin sospechar que uno de ellos le traería la muerte.
Marta fue una de las tres víctimas de un presunto asesino en serie, quien en menos de 24 horas mató a cuchillo a tres meretrices extranjeras.
De acuerdo con la información obtenida por diarios locales, como Il Reformista, Italy Press 24 e Il Corriere della Sera, los hechos ocurrieron en un barrio de clase media llamado Prati. Sobre la concurrida Vía Durazzo, Marta y la venezolana transgénero Francesca Neri alquilaron un pequeño apartamento en un sótano.
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En la noche del pasado miércoles 16 de noviembre, según el relato que Francesca les dio a las autoridades, la colombiana recibió a un cliente en el apartamento y pasó la noche con él, a solas.
A la mañana siguiente llegó al apartamento y la encontró sin vida, con una profunda herida de puñal en el pecho.
Aturdida, la venezolana llamó a la Policía por teléfono. Para mayor horror, los uniformados estaban a pocas cuadras de distancia, atendiendo otra escena del crimen.
El segundo ataque
En un edificio del mismo barrio Prati, ubicado en la vía Augusto Riboty, una proxeneta china de 42 años, aproximadamente, administraba un apartamento destinado a encuentros sexuales.
En la mañana del jueves ingresó un hombre con una prostituta de 25 años, también de nacionalidad china.
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Al poco tiempo, la joven empezó a gritar, pidiendo auxilio. La proxeneta irrumpió en la habitación y saltó sobre el cliente, tratando de arrebatarle el cuchillo.
La muchacha aprovechó para escapar, mientras la matrona luchaba con el agresor, pero este logró someterla y quitarle la vida a puñaladas.
Luego alcanzó a la joven en las escalas y la acometió sin piedad.
En ese momento los demás residentes del edificio estaban en una reunión de copropietarios. Al terminar encontraron los dos cuerpos, en las escalas de la zona común y el cuarto, y ningún rastro del homicida.
Las víctimas asiáticas no portaban documentación, por lo que sus plenas identidades no han sido confirmadas por la Policía.
Según la prensa italiana, los investigadores presumen que las tres mujeres fueron asesinadas por la misma persona, fundamentadas en una serie de coincidencias:
1). La proximidad de las escenas del crimen, en el mismo vecindario.
2). El tiempo en que ocurrieron los hechos, al parecer en el lapso de 11 horas.
3). El método del homicida: atacar con un arma blanca durante el acto sexual.
4). El perfil de las víctimas, prostitutas extranjeras. La muerte de la proxeneta, al parecer, fue circunstancial, cuando intervino para defender a su compatriota, aunque años atrás también ejerció la profesión.
La hipótesis de un asesino serial rondando las casas de lenocinio tiene alarmados a quienes ejercen la prostitución y el proxenetismo en Roma. Además, puso de nuevo la lupa sobre esta actividad, desbordada en los alrededores del Vaticano, donde abundan los sitios de striptease, bares swinger, salas de masajes eróticos y burdeles.
El fenómeno de la migración también ha impactado estos negocios, convirtiendo apartamentos residenciales en sitios de encuentros sexuales clandestinos.
De la familia de Marta poco se sabe hasta el momento. Su compañera de apartamento les contó a los policías que tenía una hija de 18 años, y que para procurarle ingresos y un mejor futuro, decidió prostituirse.