El ferrocarril, la joya olvidada de Cali, está siendo 'carcomida' por los ladrones y la maleza. Buscan recuperarlo.
El emblemático ferrocarril de Cali, testigo de la historia y el progreso de la ciudad, se encuentra en un estado de abandono alarmante. Habitantes de calle y ladrones han tomado como blanco este tesoro olvidado, desmantelando sus vagones y locomotoras.
La denuncia fue emitida por Carolina Jaramillo, líder del Museo Libre Muli, ubicado en lo que solía ser la antigua estación del ferrocarril.
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El ferrocarril de Cali, cuyos pitos resonaron por primera vez el 01 de enero de 1915, representaba una conexión vital entre la ciudad y sus alrededores.
Durante décadas, fue un símbolo de transporte y un punto de encuentro para los viajeros y aquellos que deseaban despedir o recibir a sus seres queridos, pero ahora, está en completo abandono.
Carolina Jaramillo, en calidad de líder del museo Muli, ha luchado incansablemente por preservar este patrimonio cultural de nivel nacional.
El museo ha logrado abrir sus puertas al público, mostrando y recuperando parte de la historia del ferrocarril.
Los murales de Tejada, que adornan sus paredes, son un testimonio del legado artístico que albergaba esta estación. El museo ha revitalizado este edificio, colocándolo en el radar de los lugares icónicos de la ciudad.
Sin embargo, la triste realidad es que el ferrocarril de Cali se encuentra en liquidación, luego de que se le revocara el permiso de uso y explotación que tenía Ferrocarriles del Pacífico, la entidad responsable anteriormente.
Las vías pertenecen a Invías, mientras que el edificio está bajo la custodia de Metrocali. Esta situación ha dejado al ferrocarril sin un cuidador adecuado y vulnerable a los actos vandálicos.
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Carolina Jaramillo ha manifestado su desesperación ante los actos de desvalijamiento que ocurren durante las noches. Partes del tren están siendo arrancadas y vendidas como chatarra.
Lo más alarmante es que incluso han robado partes del motor, dejando al ferrocarril en un estado cada vez más precario.
Ante esta situación, la líder del museo Muli hace un llamado a la liquidadora del ferrocarril para que les otorgue el tren en comodato.
Su objetivo es poder cuidarlo, restaurarlo y ponerlo al servicio de todos los vallecaucanos. Con el fin de evitar más actos de vandalismo, se propone convertirlo en un espacio de encuentro y disfrute para la comunidad.
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La importancia de actuar con prontitud y determinación en esta situación es evidente. El ferrocarril de Cali no solo representa un patrimonio histórico y cultural, sino también una oportunidad para revitalizar una parte olvidada de la ciudad.
De acuerdo con Jaramillo, es imperativo que las autoridades competentes tomen medidas para proteger este legado y garantizar que las generaciones puedan apreciar y disfrutar de su riqueza histórica, pues el ferrocarril de Cali, una vez un símbolo de progreso y conexión, no puede convertirse en un cementerio de vagones y locomotoras.
Las voces se unen en apoyo a la denuncia de Carolina Jaramillo y el museo Muli. Ciudadanos preocupados se han sumado a su llamado, instando a las autoridades a tomar cartas en el asunto y salvaguardar este patrimonio tan valioso.
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La liquidadora del ferrocarril, por su parte, tiene la responsabilidad de actuar, y como indica Carolina, conceder el comodato solicitado por el museo sería un primer paso crucial para proteger y revitalizar este tesoro histórico.
Además, se requerirán acciones conjuntas de las entidades competentes, incluyendo a Invías y Metrocali, para abordar la conservación de los rieles y el edificio.
La ciudadanía también juega un papel fundamental en la preservación del ferrocarril, ya que la vocera afirma, es necesario que la comunidad esté alerta y denuncie cualquier acto de vandalismo o robo que se presente en el lugar.
Además, de realizar un compromiso colectivo para valorar y cuidar estos espacios históricos, fomentando su visita y difundiendo su importancia en la identidad de Cali.