La relación entre Colombia y Estados Unidos volvió a tensarse tras la respuesta de la Casa Blanca a la invitación que el presidente Gustavo Petro extendió a Donald Trump para visitar el país y conocer directamente las operaciones contra el narcotráfico. Pese a que Bogotá hizo pública la invitación mediante un mensaje en redes sociales y una carta firmada por la canciller Rosa Villavicencio, Washington afirmó que no tiene registro oficial de la propuesta.
La portavoz presidencial, Karoline Leavitt, señaló que no había recibido información sobre la invitación hecha por Petro, aunque dejó abierta la posibilidad de que el propio Trump decida pronunciarse. La funcionaria también reiteró que el mandatario estadounidense se siente incómodo con recientes declaraciones del presidente colombiano, a las que calificó como “alarmantes e insultantes”.
Petro había planteado la visita como una forma de desacreditar la idea de Trump de promover ataques armados en territorio colombiano para frenar operaciones del narcotráfico. En su mensaje público, el jefe de Estado invitó al republicano a acompañar la destrucción de “nueve laboratorios diarios” realizada en el país, en un intento por demostrar los esfuerzos de interdicción que adelantan las autoridades.
El intercambio entre ambos gobiernos se produjo después de que Trump advirtiera a Petro que “será el siguiente”, en alusión a la presión ejercida por Washington sobre el presidente venezolano Nicolás Maduro. Dicha afirmación fue interpretada como una señal de deterioro en el diálogo bilateral.
Leavitt insistió en que el presidente estadounidense no está de acuerdo con la postura pública de Petro frente a Estados Unidos y que ese ambiente podría influir en su decisión sobre una eventual visita. Según reseñó la agencia EFE, la vocera afirmó que Trump no gusta de la actitud que el mandatario colombiano ha tenido frente a su administración.
Petro respondió poco después, asegurando que el presidente estadounidense está “desinformado” sobre la situación del narcotráfico en el país. Según el mandatario colombiano, quienes asesoran a Trump le estarían entregando información equivocada, lo que explicaría sus declaraciones recientes.
Aunque la Cancillería colombiana formalizó la invitación mediante una carta enviada a la Casa Blanca, la administración Trump insistió en que no tiene constancia oficial de ese documento. Este vacío generó interrogantes sobre el nivel de coordinación diplomática entre ambos gobiernos y sobre la posibilidad real de que la visita llegue a concretarse.
El episodio se suma a otros momentos de fricción bilateral. En septiembre, Estados Unidos retiró a Colombia de la lista de países cooperantes en la lucha contra el narcotráfico y, meses después, sancionó directamente a Petro, acusándolo de nexos con ese delito. Estas acciones han profundizado el distanciamiento entre las dos administraciones.
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