Comunidades indígenas y campesinas enfrentan graves daños en cultivos, muerte de ganado y contaminación de fuentes de agua.
Por: Redacción el Qhubo/Periodista Jhisús Chacín
La actividad volcánica reciente en la cadena de Los Coconucos, que incluye los volcanes Puracé y Curiquinga, ha generado una emergencia ambiental y social en los municipios de Puracé y Sotará, al oriente del departamento del Cauca. Durante varias horas, los volcanes lanzaron gases y cenizas, afectando gravemente la vida y economía de miles de habitantes de la región.
Impacto en cultivos y ganado
De acuerdo con Ancízar Aguilar, gobernador del resguardo indígena de Puracé, más de 14.000 hectáreas de cultivos han sido destruidas por la caída de cenizas, afectando principalmente productos como papa, fresa, mora y hortalizas. Estas pérdidas representan un golpe millonario para los agricultores, quienes dependen de estas cosechas para su sustento.
En Paletará, la situación es igualmente alarmante. La ceniza ha contaminado los pastos y las fuentes de agua, provocando la muerte de decenas de cabezas de ganado. Según el gobernador del resguardo de Paletará, Joselito Hoyos, los pequeños ganaderos necesitan medicamentos con urgencia para tratar al ganado enfermo y evitar que las pérdidas continúen aumentando.
Sotará, uno de los mayores productores de fresa en el Cauca, también ha sufrido graves afectaciones. Las cenizas volcánicas han destruido amplias áreas de cultivo, dejando a los agricultores sin su principal fuente de ingresos.
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Respuesta y ayuda humanitaria
Ante esta crisis, Wisner Cortés, jefe de la oficina asesora de gestión del riesgo del Cauca, informó que se han coordinado acciones con las autoridades locales e indígenas para atender las necesidades más urgentes de las comunidades afectadas. Estas incluyen el suministro de agua potable, alimentos y medicamentos.
Durante el fin de semana, organizaciones sociales, medios de comunicación como Radio Uno y diversas entidades llevaron a cabo campañas solidarias, logrando recolectar víveres, agua y otros elementos esenciales para las familias afectadas. Sin embargo, las comunidades aseguran que la ayuda debe ser sostenida y coordinada para enfrentar los retos a largo plazo.
Un llamado a la acción
La emergencia en Puracé y Sotará evidencia la vulnerabilidad de las comunidades rurales frente a desastres naturales y la necesidad de implementar estrategias de mitigación y atención oportuna. Mientras tanto, los habitantes de la región esperan que el gobierno nacional y las autoridades departamentales refuercen su apoyo para superar esta difícil situación.
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