Un hombre causó este jueves, 28 de diciembre, una alteración del orden público en un establecimiento de un centro comercial de la ciudad de Cali, cuando ingresó con un arma blanca hasta la cocina de un negocio y amenazó con atacar a los empleados.
Las autoridades hicieron presencia en el lugar y tras una tensa situación de peligro, el hombre pudo ser reducido por la Policía Nacional y después casi es linchado por la ciudadanía.
Según el propietario del local afectado, el hecho se presentó hacia las 10 de la mañana de este 28 de diciembre.
El incidente fue grabado por transeúntes y comensales que quedaron anonadados al ver la terrorífica escena. En las imágenes se puede ver como algunas de las personas que vieron lo que ocurría fueron a confrontar al enfurecido hombre, pero nada lograba detener la angustia de las personas que se encontraban atrapadas en la cocina, detrás del hombre armado.
En diálogo de El País con el propietario del restaurante afectado, se logró establecer que, al parecer, el hombre que ingresó violentamente a la cocina del restaurante habría cometido un hurto y se encontraba huyendo, pero decidió entrar al establecimiento para refugiarse.
Carlos Gil, propietario del establecimiento comercial, indicó que la persona que aparece en el video es un habitante de calle que acababa de cometer un hurto en el Bulevar y que la comunidad lo venía persiguiendo.
“Lo que hace el tipo es que intenta esconderse en el Centro Comercial para evitar la turba que venía detrás persiguiéndolo y en el local hay un cerco de matas y se tira por encima del cerco e ingresa al negocio y arrincona a las empleadas; las tomó como rehenes durante aproximadamente cinco minutos”, cuenta el comerciante, cuyo negocio se vio afectado por cuantiosos daños.
Advierte además Carlos Gil el malestar que tienen los comerciantes con las secretarías de Bienestar Social y la de Seguridad, porque “los indigentes tienen azotado este sector, que se supone que es un sector turístico y de mostrar de la ciudad, pero lo han cogido de baño público para hacer sus necesidades”.
“Es una situación desesperante la que tenemos que vivir a diario los comerciantes, espantando locos, porque hacen lo que les da la gana, presionan a la gente para que les dé dinero y agreden a los turistas cuando están bajo el efecto de las drogas. Lo más grave es que estamos a dos cuadras de la Alcaldía y ni así han podido erradicarlos; se le salió de las manos la indigencia a este gobierno”, concluye el señor Gil.
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