Aunque lo anterior refleja que ha aumentado la confianza y conocimiento de la población sobre esta Línea, también deja datos preocupantes acerca de la prevalencia de las violencias en los distintos entornos del Distrito.
En el primer semestre del año se han recibido, 1434 casos por negligencia; 14 por violencia escolar; 90 por violencia física; 2360 por violencia psicológica y 28 por violencia sexual.
Según el último Informe sobre Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se registra un aumento de más del 25% en los casos de trastornos mentales como ansiedad y depresión en todo el orbe y desde la llegada de la pandemia del covid-19, que derivó en confinamientos, recesión económica y, precisamente, aumento de las violencias.
Las víctimas de violencia, ya sea en entornos familiares, escolares o laborales, sufren daños físicos, emocionales y psicológicos que pueden causar serias afecciones a la salud mental.
Para quien es víctima de violencia, asegura el ente rector, se le hace más difícil establecer relaciones afectivas y se aumenta la propensión a problemas de baja autoestima, que más tarde pueden manifestarse en trastornos. Además, la víctima desarrolla conductas agresivas a partir de la rabia y vergüenza, emociones habituales en el afectado.
Nadie está exento de ser víctima de violencia, pues así como el hogar, el colegio, la universidad y el trabajo son espacios que pueden servir como protectores, se prestan también para la perpetración de violencias.
La OMS definió puntos clave para reducir los riesgos y fortalecer los factores de protección de las violencias en todos los entornos.
Para evitar negligencia en la atención, pide apoyar a los cuidadores con miras a que presten una atención afectuosa. En pro de construir entornos escolares más amigables, propone desarrollar programas en espacios comunitarios que incluyan intervenciones contra la intimidación o el ‘bullying’, conductas habituales en esos lugares.
También se pide priorizar la atención en salud mental en el entorno comunitario, pues allí es más accesible y aceptable para los ciudadanos que la atención institucional.
La mayoría de las personas que sufren trastornos mentales no reciben ningún tratamiento, principalmente por estigmas y falta de recursos.
Desde Salud Pública Distrital se siguen impulsando las unidades móviles del programa ‘Tejiendo sueños’, que recorren las calles e instituciones educativas de Cali, sensibilizando en materias de violencia y evaluando el riesgo del consumo de sustancias psicoactivas.
En los últimos dos meses se han realizado visitas a más de 25 colegios y escuelas oficiales, donde se abordaron unos 17 mil estudiantes.
Allí se ha hecho un diagnóstico en el que los principales problemas están relacionados con violencia intrafamiliar, altos índices de desempleo en cuidadores y ausencia de los mismos.
A partir de eso, se desarrollan estrategias de apoyo psicosocial a las víctimas, pues el bienestar de caleños y caleñas sigue siendo prioridad.
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