Habló el padre de la mujer que dio a luz en la Avenida del Río

 

La vida a Leydi Johana Caicedo le cambió hace 6 años, cuando de un momento a otro dejó su hogar, su trabajo y su hijo para salir a deambular por las calles.

Según cuenta su padre, el señor José Fidel Caicedo, un cañero de 59 años de edad, su hija fue víctima de un maleficio. “Ella nunca tuvo vicios, era una mujer que se dedicaba a la peluquería, tenía un hijo y su hogar, pero de un momento a otro un bebedizo la cambió y no hemos podido recuperarla”, expresó el acongojado padre.

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Leydi Johana Caicedo, más conocida como ‘Esmeralda’, en el centro de Cali, fue la mujer que el pasado fin de semana dio a luz a su segundo hijo a las orillas del Río Cali. La mujer, quien es habitante de calle, fue socorrida por un grupo de paramédicos que presenciaron el parto.

Hoy el bebé se encuentra en el Hospital San Juan de Dios a la espera de varios exámenes y su madre volvió a las calles.

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Un reencuentro muy frío

Fidel Caicedo se reencontró con su hija después de varios años de perderle el rastro. Una llamada el pasado sábado lo hizo regresar a Cali. “Mi hija recibía ayuda de una fundación y por medio de ella me ubicaron, de inmediato salí de mi casa a verla. Ella fue muy fría con todos los que la fuimos a visitar, no quería saber nada de nosotros pero la vi muy bien, gracias a Dios”, expresó el cañero.

El padre de Leiydi manifestó que se hizo cargo de su hija desde el primer año de vida. “Yo tuve un romance pero no sabía que tenía una hija, fui y la conocí y decidí llevármela, desde ese momento ella ha sido el motor de mi vida, por eso me duele verla como está”, dijo Fidel.

Leydi nació en El Tiple, Candelaria, en abril de 1987, aunque su infancia fue humilde nunca cogió mal camino, “por el contrario, siempre se le veía motivada y con ganas de luchar por su hijo que hoy tiene 16 años. Me duele verla así, quiero ayudarla porque no se en qué momento Dios me la quite definitivamente”, dijo su padre.

No más calle

Fidel y varios familiares han tratado de ayudar a Leidy pero ha sido imposible. “Yo tengo 59 años y no me cansaré de luchar por ella, por eso necesito que alguien me ayude a buscarle una fundación o un centro de rehabilitación donde se pueda recuperar”, expresó.

Esta semana la joven se le dio de alta, pero salió a las calles sin rumbo. Del niño se esperan algunos resultado y don Fidel le gustaría que se quedara en la familia.

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