A través de un comunicado, la Conferencia Episcopal de Colombia sentó su postura frente al derecho de morir dignamente, ampliado por la Sentencia de la Corte Constitucional, sobre la eutanasia.
El 22 de julio de este año la Sala Plena de la Corte modificó los requisitos para solicitar la muerte asistida en Colombia. Que, según le explicó Esteban Hoyos, abogado Constitucionalista, a El Colombiano desde 1997 este máximo intérprete de la Constitución había reconocido la existencia de este derecho.
La decisión de ampliación de este derecho de la Corte se conoció luego de que se publicara la resolución 971 del Ministerio de Salud donde se establecieron los lineamientos para la eutanasia.
En dicha resolución del gobierno se dispone que, para activar este mecanismo, quienes se encuentren en agonía o padeciendo una enfermedad avanzada o terminal, podrán manifestar su voluntad de manera verbal o escrita.
Este lunes se conoció la posición de la iglesia católica.
Para ellos “las condiciones de grave enfermedad o relacionadas con el final de la vida deben afrontarse con profunda delicadeza y respeto, ya que son situaciones dolorosas, que ponen a prueba a la persona en su integridad y a su entorno familiar”.
El doctor en Derecho Canónico, Alejandro Olano García, manifestó que la postura de la Iglesia Católica puede verse reflejada en el Catecismo de esta Iglesia, donde “la eutanasia es moralmente ilícita, ya que cualquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas. Se considera un crimen”.
Para la Conferencia Episcopal de Colombia, promover lo que para ellos es un supuesto derecho puede constituirse en “un serio peligro para los más frágiles y vulnerables de nuestra sociedad, sobre quienes pendería el peso de la posible supresión de sus vidas, dando lugar a un serio condicionamiento para el ejercicio de las libertades”.
Esto dijo el Vaticano
El Vaticano, en septiembre de 2020, se había referido al tema de la eutanasia afirmando que “incurable no significa incuidable”.
En ese sentido la Iglesia Católica le propuso al Estado colombiano algunas consideraciones: “garantizar la debida atención sanitaria a las personas que sufren lesiones corporales o enfermedades graves e incurables, especialmente cuando se trata de los más pobres” y fomentar la intervención psicosocial en estos casos.
Para el abogado en derecho canónico Olano García, la iglesia tiene la aceptación de los cuidados paliativos “que ayudan a vivir la enfermedad grave sin dolor, así como al acompañamiento integral, médico y espiritual, a los enfermos y a sus familias”.
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