El aguacero de la semana pasada tumbó una tapia en el barrio Sucre y dejó heridas a tres niñas de la familia Rengifo, quienes ahora solicitan ayuda de la comunidad.
Este no es un invierno con lluvias que caen; este es un invierno con aguaceros que azotan. La tempestad del viernes de la semana pasada casi termina en tragedia, cuando el vendaval derrumbó una tapia sobre el 12-41 de la Calle 18 del Barrio Sucre.
Entonces el techo se desplomó en un cuarto donde descansaban las primas Gisella Alexandra Rengifo (18 años), Briana Velasco Rengifo (4 años) y Antonella Castro Rengifo (6 meses), que terminaron en el hospital.
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La mayor y la más pequeña, por fortuna ya están fuera de peligro. Sufrieron contusiones y raspones.
Antonella en cambio sigue en la clínica. La bebé llevó la peor parte del accidente, ya que tuvo una fractura cráneo-encefálica.
En la casa vive Nury Rengifo (49 años), junto a sus hijos, la hermana, y los hijos de la hermana.
Ahora mismo, dice, están necesitando muchas cosas: los enseres que perdieron por el agua y material para refaccionar el techo, que por estos días se mantiene con reparaciones de afán.
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Nury es cabeza de hogar y se la rebusca vendiendo postres o cremas de catálogo.
En caso de que quiera ayudarle a Nury y su familia, con materiales de refacción, o con medicamentos para Antonella, puede comunicarse con la línea 318 6241273.
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