Llano Verde no ha dejado de llorar a sus víctimas que a lo largo de este año se ha llevado la violencia.
El 18 de febrero de 2020, la muerte de Catalina Sinisterra Balanta y la desaparición de Lina María Moreno, dos jóvenes de Llano Verde, encendieron las alarmas en el barrio.
Desde ese momento se comenzó a hablar de que este hecho podría haber sido por presunto reclutamiento de jóvenes en esa zona para grupos armados.
Fue el concejal Fernando Tamayo quien expresó la problemática.
Los jóvenes están siendo reclutados para ser cobradores de las bandas de préstamos gota a gota y el microtráfico", manifestó el concejal en ese momento.
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Tamayo señaló que a las jóvenes se les estaría prometiendo oportunidades de empleo en Nariño, y que también les estarían ofreciendo armas y dinero.
"Los que se niegan, los presionan y obligan a desplazarse de sus sectores", dijo Tamayo.
A Catalina y a Lina, se suma además el caso de tres jóvenes que en noviembre del año pasado viajaron por un supuesto empleo a Nariño, y no se volvió a saber de ellos.
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Por esta razón es que los habitantes del sector piden justicia, pues temen que la muerte de estos cinco menores quede sin resolverse.
Hoy se cumplió con el entierro de las víctimas más recientes. No hay palabras para describir las escenas de dolor que se vivieron durante el acto de sepultura.
En el Cementerio La Ermita, de Yumbo, ahora reposan los cuerpos de estos niños por los que sus familias piden justicia.
Recuerden que antes del entierro se ofició una misa por el vicario general de la Arquidiocésis de Cali, Wiston Mosquera, en el parque principal de Llano Verde.
Además de la ceremonia religiosa, representantes de la comunidad afrodescendiente se tomaron la palabra para expresar su dolor y desolación con este tipo de actos violentos
