El asesinato de Felipe Tobón parece la crónica de una muerte anunciada por la inseguridad que impera en los cerros de Cali, estos son algunos testimonios de senderistas que vivieron en carne propia la violencia que ahí se gesta.
Felipe Tobón, el joven deportista a quienes unos asaltantes le quitaron la vida vilmente el domingo mientras ascendía a El Cerro de las Tres Cruces con su novia, se convirtió en la primera víctima fatal de una problemática que ya había sido denunciada en Cali.
Los ladrones tienen azotados a los senderistas y ciclistas, por lo que su crimen fue una muerte anunciada.
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Así lo cree Sebastián Pérez, un joven deportista quien asegura haber sido víctima, la semana pasada, de los mismos hombres que asaltaron y agredieron a Felipe hasta matarlo. No obstante, él corrió con mayor suerte y sobrevivió para contarlo.
Q’hubo consiguió los testimonios de otros deportistas a quienes también asaltaron y lesionaron en el mismo sector donde ocurrió lo de Felipe y que a pesar de haber denunciado lo sucedido ante las autoridades sus casos siguen en la impunidad.
“¿Cuántos muertos tienen que haber para que tomen acciones contundentes en este sector, uno de los más emblemáticos y turísticos de Cali, pero que lastimosamente está a merced de la inseguridad?”, cuestionaron los afectados.
Estas son sus historias.
"Me salvé de milagro, me tiraron a matar"
“Esos tipos eran muy fríos y agresivos. De una, sin decirme ni pedirme nada, me tiraron a matar, me lanzaron puñaladas al estómago, incluso hasta después de haberles entregado todo, estaban como encarnizados dándome. Gracias a Dios como pude me defendí con los brazos y no me pasó algo peor”.
Así describió Sebastián Pérez la indignante agresión que sufrió por parte de dos hombres el pasado martes, 13 de abril, a las 7:00 a.m., cuando lo asaltaron junto a otro amigo mientras ascendían al Cerro de Las Tres Cruces.
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“Fue en el mismo punto donde mataron al joven, por la subida de La Campiña por el sector de ‘Las tres tetas’. Íbamos subiendo con mi amigo cuando llegando a la segunda teta se nos abalanzaron dos tipos, nos sacaron un revolver y cuchillo. Intenté huir, pero como era muy empinado y rocoso no pude, entonces el tipo me dio una patada en la rodilla y me arrodilló y comenzaron a pegarnos.
"A mi compañero le dieron cachazos en la cabeza, golpes en la cara y patadas. A mí me lanzaban puñaladas. Incluso después de que les entregué el reloj, el celular, la plata y unos audífonos me tiró un último lance como para que no corriera detrás de ellos”, relató.
Tras lo sucedido, los dos caminantes bajaron como pudieron y llegaron a la estación de Policía de La Flora, donde denunciaron lo ocurrido. Además, pusieron la denuncia a la Fiscalía.
“Ese sitio donde nos asaltaron es muy solo, uno no ve policías y es vital su presencia. Lástima que el Cerro de Las Tres Cruces, el parque más grande que tiene Cali porque va mucha gente a hacer ejercicio, esté abandonado, deberían cuidarlo”, acotó.
“Me dispararon con un arma traumática”
“Ocurrió en octubre del año pasado, a las 9:30 p.m. en el sector de ‘La Balastrera’.
"Iba con mis compañeros subiendo al cerro, pero me quedé atrás porque me dieron ganas de orinar, cuando me sorprendieron dos tipos que iban en una moto.
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Al verlos me tiré a un matorral y estos me dispararon con un arma traumática en la cadera. Me quitaron una plata que llevaba”, recordó Mauricio Gómez, líder del grupo de senderistas Zarihuellas de Cali. Señaló que por culpa de esa agresión duró 2 meses hospitalizado, le han hecho dos cirugías y estuvo 5 meses incapacitado.
Aunque puso el denuncio, hasta el momento no le han dado respuesta.
“Me pegaron dos cachazos y me abrieron la cabeza”
César Bohórquez, líder del grupo Actitud Positiva de Cali, fue otra víctima de los delincuentes que tienen azotados a los cerros.
Sucedió el 1 de diciembre de 2020, a las 9:30 p.m. cuando ascendía al cerro, tras haber salido con un grupo de 30 personas cerca al Hotel Spiwak, en Chipichape.
"Íbamos haciendo una ruta que se llama la Antena del Parapente, de 9 kilómetros. Ya íbamos terminando cuando en la parte más dura nos salen cuatro tipos: dos con machete y dos con arma de fuego", contó César.
“Uno de ellos se me tiró encima y me pegó dos cachazos y me abrió la cabeza cuando le pedí que me devolviera mis documentos e intenté impedir que manoseara a la chica que estaba con nosotros”, señaló.
Manifestó que este tema de la inseguridad en el sector se ha hablado muchas veces con la Alcaldía y la Policía, a quienes les han pedido poner una CAI móvil en las rutas de ascenso, pero hasta el momento no ha pasado nada.
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