Amenazados y sin garantías de seguridad para realizar su trabajo es como se sienten varios de los agentes de tránsito en la ciudad.
Los guardas de tránsito ven con preocupación cómo el respeto que antes les tenían, ya no existe.
En la actualidad, los puntos más críticos para ellos son el Oriente y Siloé. Cuentan que días atrás enviaron a un grupo de agentes hasta la Glorieta de dicho sector, pues allí realizarían un aseo de la vía, la pintarían y demarcarían.
Atónitos quedaron cuando una señora se les acercó, los empezó a grabar e incitó a los demás habitantes a que los sacaran del lugar.
“A varios nos persiguieron en moto por varias cuadras, a las camionetas les pegaron, algunos agentes quedaron tirados en el lugar y luego un grupo de abogadas los ayudó a salir de allí”, comentó uno de los agentes afectados.
Cuenta que días antes unos agentes que ya habían hablado con la Primera Línea, llegaron a la misma zona.
“A uno de los compañeros le colocaron una pistola en el cuello. A las personas se les indicó que no haríamos operativos, sino que cerraríamos la vía porque en la Glorieta harían un aseo, Pero los presentes se opusieron y los sacaron. Satisfactoriamente el caso no pasó a mayores", dijo.
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Más casos
Otro caso fue el que se presentó hace dos semanas, en la Calle 5 con Carrera 80, a donde llegaron unos motorizados a tratar mal al personal de tránsito que allí se encontraba.
“A los motorratones tuvimos que pedirles que nos dejaran regular la vía porque allí llegan tres flujos vehiculares fuertes y al no contar con semáforos esto es necesario. Recibimos amenazas, pero ahora que contamos con el acompañamiento del Ejercito es que nos han dejado trabajar”, mencionó otro agente.
Puerto Rellena, el Puente de los Mil Días, y Meléndez, en la Calle 5 con Carrera 94, son los puntos a los cuales no se pueden acercar debido a las amenazas que ya han recibido.
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Uno de los puntos intermitentes por así decirlo, en donde pueden trabajar es en la Carrera 100, donde está Unicentro.
“A veces podemos regular, mientras no lleguen los encapuchados. En los únicos puntos donde hemos podido trabajar tranquilos es en la Carrera 98 con 16, en Jardín Plaza y en la Glorieta de Ciudad Jardín, gracias al acompañamiento de la comunidad”, comentó.
Los agentes aseguran que la situación para ellos que se encuentran en las calles es diferente, pues son los que a diario reciben amenazas e improperios. Cuentan que, en el Puesto de Mando Unificado, PMU, existe un libro donde están todas las evidencias registradas de los puntos donde se han tenido que retirar por amenazas cuando están regulando.
“Tenemos miedo de realizar nuestro trabajo. Queremos hacer el control como lo hemos hecho durante años, pero las garantías no las hay en estos momentos. ¿Quién trabaja con intimidación y amenazas?”, puntualizó uno de los agentes.