El pasado fin de semana se registró un caso en el que un hombre identificado como Roger Piña Piña fue asesinado en el sector de Río Cauca, al oriente de Cali, por robarle el celular.
Este crimen se suma al homicidio de una mujer por hurtarle el teléfono en el mes de mayo en el barrio Normandía.
Según las autoridades, Roger había salido en compañía de un amigo al puente de Alfonso López, para ver si conseguía trabajo como ayudante de un camión.
Tras pasar toda la tarde en el sitio y no hallar trabajo, decidieron devolverse a casa. Sin embargo, en el camino un hombre en una moto los interceptó y les pidió el celular, pero Roger se opuso, el delincuente sacó un arma y le disparó en dos ocasiones. Pese a que fue llevado al hospital de Decepaz, el joven murió.
“El hurto a personas es una problemática que viene creciendo, cada vez genera más daños y efectos negativos. Las autoridades nacionales no han sabido adaptar sus estrategias a un fenómeno que cada vez es más peligroso”, afirmó Pablo Uribe, subsecretario de seguridad de Cali en el período 2017-2019.
Uno de los factores que más preocupa a los expertos en el tema de los hurtos es la violencia ejercida que utilizan los delincuentes para robar a sus víctimas.
Otro de los casos que causó conmoción a los caleños se presentó el pasado 11 de mayo, cuando fue asesinada Liliana Florence Orozco por robarle su teléfono, en el barrio Normandía, al oeste de Cali.
“Los robos en Colombia cada vez son más violentos, en eso puede haber influenciado una migración atropellada desde Venezuela que engrosó una cantidad de delitos y crímenes en las grandes ciudades. A pesar de que se señala que pueden ser xenófobos estos términos, hay que reconocer que ha habido un aumento de la criminalidad con la llegada de extranjeros a Colombia. Ellos no son los únicos responsables de estos delitos, pero si le han puesto un tono muy violento a sus acciones”, enfatizó Juan Carlos Ruiz, experto en seguridad y profesor de la Universidad del Rosario.
Cifras entregadas por el Observatorio de Seguridad de Cali confirman que entre el 1 de enero al 23 de junio de este año se registraron 9415 hurtos a personas, un aumento del 17 %, es decir, 1376 casos con respecto al año anterior, en el que se presentaron 8039 delitos.
“Era esperable un aumento en las cifras de hurtos, especialmente por la salida de un confinamiento muy largo, dado por la pandemia del Covid- 19. También es importante resaltar que el Paro Nacional tuvo una influencia en el accionar de las personas y eso deterioró no solo la imagen de la institución policial, sino además hizo que se pensara que la Policía no estaba en la medida de controlar diferentes tipos de actividades ilícitas. Muchas personas que estuvieron en el Paro pudieron ver que se podían dedicar a cualquier tipo de delito sin muchas consecuencias”, explicó Ruiz.
Con esto coincide Uribe, pues aseguró que el aumento de hurtos a personas es algo que se viene presentando en Colombia desde hace más de 10 años.
“Cuando uno revisa las cifras de denuncias de la última década se da cuenta de que han venido creciendo las violencias año tras año, la única excepción se dio en la pandemia y esto no tiene nada que ver con acciones de la Policía, por el contrario, no había personas en la calle, por lo tanto, las oportunidades para hurtar disminuyeron considerablemente”.
De acuerdo con las cifras entregadas por el Observatorio, el hurto a celulares es uno de los flagelos que más preocupa, pues del 1 de enero al 23 de junio de 2022 se registraron 6278 delitos, un aumento del 12 %, es decir, 653 robos más que en el mismo periodo del año anterior, cuando se presentaron 5625.
Según los expertos, que los celulares sean los artículos más hurtados se debe a la cantidad de teléfonos que hay en las calles.
“Con la llegada de los smartphones cada vez más personas tienen un dispositivo móvil que a su vez se convierte en un bien mucho más apetecido y sofisticado. Por lo tanto, el hurto a celulares es muy rentable económicamente, ya que son revendidos en el mercado local e internacional”, sostuvo Uribe.
Frente a esta problemática, los expertos cuestionaron el Modelo de Vigilancia por Cuadrantes, una estrategia de la Policía Nacional enfocada en la reducción del delito y en la prestación de servicios focalizados en los flagelos que más afectan a la ciudadanía.
“Se ha señalado que esta estrategia, que lleva más de 10 años, debe ser reformada, pero hasta el momento no lo ha sido. La administración del presidente Iván Duque expidió a finales de 2019 un plan de seguridad y convivencia en el cual se contemplaba la creación de nuevos grupos diferentes a los cuadrantes, propuesta de la cual no se hizo absolutamente nada. Es importante reconocer que este modelo de vigilancia es para patrullajes y no puede solucionar todos los problemas de seguridad”, puntualizó Juan Carlos Ruiz.
Al respecto, Pablo Uribe dijo que el Modelo de Vigilancia por Cuadrantes fracasó, especialmente a la hora de lidiar con un nuevo tipo de delitos que están supremamente concentrados en ciertos segmentos de la ciudad. “Lo que hace el modelo de vigilancia por cuadrantes es dispersar a la Policía en todo el territorio”.
Asimismo, enfatizó que otro factor que influye en el aumento de hurtos en Cali, es que dentro de las Fiscalías el hurto a personas no es tratado con la importancia que debería serlo: “Los fiscales no se esfuerzan por aclarar las denuncias, ni por perseguir las estructuras criminales dedicadas al hurto de celulares. Esto muestra que no se le ha dado la importancia a este fenómeno que influye en la percepción de seguridad en Colombia”, dijo el experto.
Los especialistas en temas de seguridad plantean que para que estas cifras no sigan aumentando se debe concentrar los esfuerzos policiales y los recursos en los puntos más críticos de criminalidad de Cali.
“Ya llegó la hora de que el Gobierno Nacional y la Policía revalúe el Modelo de Vigilancia por Cuadrantes y reconozca que hay estrategias que no están funcionando y opte por tomar otras medidas. No solo el Modelo de Vigilancia por Cuadrantes falló, sino que también los organismos judiciales no le han dado la importancia a este fenómeno que se merece”, recomendó Uribe.
Por otro lado, Juan Carlos Ruiz enfatizó que en Colombia se han creado muchas estrategias y ninguna ha servido, porque las mafias están intactas y hay una convivencia entre policías y grupos criminales que venden celulares. Además, hay un mercado internacional y por la cercanía de Cali con Ecuador obviamente se pueden sacar y vender los celulares a Ecuador y viceversa.
Con información de Colprensa
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