Los Victorinos, los toros más bravos del mundo, en Cali

Luego de más de 12 horas de vuelo en avión desde Europa, procedentes de España, llegaron a Colombia los siete toros de la prestigiosa ganadería española de Victorino Martín que se lidiarán en Cali.

Los cárdenos, preciosos como joyas, traídos por Tauroemoción, primero pisaron suelo patrio por el Aeropuerto El Dorado en Bogotá y luego irán a una ganadería colombiana no especificada y sólo unas horas antes de la corrida estarán finalmente en Cañaveralejo.

Ya no serán montados en avión, sino que el resto del viaje lo completarán en camiones. Su pasaporte es el visto bueno del ICA, entidad encargada de la aprobación de su entrada a Colombia.

Estos astados serán corridos en el cierre de la feria taurina caleña el 30 de diciembre, en un mano a mano entre Luis Bolívar y Emilio De Justo.

Estas reses de casta respiran aire nacional tras venir en un flete especial de este cargamento de aproximadamente tres toneladas y media, de carne, huesos y bravura.

Ese 30 de diciembre, este mítico hierro debutará en nuestro país en la arena de la Plaza de Toros de Cañaveralejo. Pero, hasta ese día, los toros tendrán un cuidado Súper especial como si fueran oro en paño.

SU VIAJE

En su transporte aéreo tuvieron las pautas pertinentes como aire acondicionado, debido a que el orín produce amoníaco y puede llegar a intoxicarlos. También cajones cómodos, si hay licencia para esta expresión, para que sus pitones no sufran daños.

Antes de llegar al país los ejemplares llevaban varias semanas fuera de casa. Fueron cambiados de su dehesa en Extremadura por la periferia de Madrid. Por aquello de los protocolos de sanidad, desde la crisis de la lengua azul, los astados que salen de España guardan una cuarentena que se cumplió en la ganadería de Zacarías Moreno, en la finca la ‘El Beato’, de Chinchón.

Los toros fueron metidos en contenedores preparados expresamente para las reses y, desde el Aeropuerto Adolfo Súarez Madrid-Barajas, cruzaron el inmenso Atlántico rumbo a Bogotá y luego estarán en cercanías a Cali, embarcados en camiones habilitados.

Pero no irán a Cañaveralejo hasta horas antes de su lidia, ya que, por dicho protocolo sanitario, no pueden tener contacto con ninguna de las otras reses a lidiarse en la feria.

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Todo un periplo titánico para que la afición disfrute y acuda en masa a una feria plagada de alicientes que debe ser clave para el futuro de los toros en Colombia.

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