El San Juan de Dios, considerado como el 'abuelo' de los hospitales, este año llegó a los 270 años. Con instalaciones renovadas y mejoras en el servicio esperan que cada vez sean más los caleños que tengan este centro asistencial como una opción.
En 1945 el departamento del Valle, más exactamente la ciudad de Cali, vio nacer a uno de los hospitales insignia que hoy, pese a las crisis que ha atravesado, sigue en pie.
Con estos dos siglos de trabajo, el San Juan de Dios muestra que ya no es un centro asistencial dirigido solo a la caridad; se ha renovado y ahora atiende a varias EPS.
Entrevistamos a su gerente General, Carlos Alberto Morera, quien dio un recorrido por la historia de este emblemático hospital, su situación actual y lo que requieren para llegar a un punto de equilibrio.
Al pasar la puerta del San Juan de Dios, se puede evidenciar esa transformación que ha vivido a lo largo de tantos años y lo mucho que se ha trabajado para que éste siga vigente.
Según cuenta la historia, el San Juan de Dios remonta sus orígenes hacia el año 1745, cuando Cali era un cabildo y sus habitantes solo sumaban 5.000 almas.
Con el crecimiento de la ciudad, se llegó a la conclusión de que se requería de un hospital de caridad.
Según datos de un documento del Departamento de Planeación Distrital, fue así como este hospital -Bien de Interés Cultural- se construyó en la Carrera 4 entre Calles 9 y 10, y se inauguró el 23 de enero de 1753.
Este ‘templo’ de la salud fue epicentro de recuperación para quienes combatieron en la cruenta guerra de Independencia.
Miembros de las fuerzas patriotas y reales se encontraron en las salas de recuperación, olvidando ahí sus rencores.
La Capilla del hospital pasó a ser la Iglesia parroquial del barrio San Nicolás; y como se encontraba deteriorada, se levantaron muros y abrieron ventanas.
Luego de la partida de los franciscanos, asumió como representante y médico Manuel María Buenaventura, entre 1867 y 1876. En 1882 las Hermanas de La Caridad se encargaron de la institución.
A finales del siglo XIX, el Hospital adquirió varios predios para ampliar sus instalaciones.
En 1933 renovaron de la infraestructura del hospital, la cual posteriormente se vio afectada por las explosiones de 1956. San Juan de Dios sirvió como hospital de la Universidad del Valle durante los años 50 mientras se construía el Hospital Evaristo García.
Ya para la década de los ochenta, los deterioros físicos y la obsolescencia de las instalaciones llevaron a la reconstrucción del inmueble con aportes del Fondo Nacional Hospitalario y la Beneficencia del Valle.
El proyecto fue liderado por el arquitecto Jaime Ponce de León, el anteproyecto fue presentado en 1981 y una primera etapa fue inaugurada en agosto de 1982.
De acuerdo con el doctor Morera, desde el 2016 este Hospital tiene una sede en Cartago. “Ese es el lugar de referencia de la atención en todo el centro del Valle”.
Morera, quien lleva dos años con el manejo de la institución, explica que su trabajo ha consistido en “organizar toda la parte administrativa, ya que este ha sido un hospital que históricamente ha venido generando pérdidas y acumulando pasivos importantes”.
“Estamos tratando de avanzar, mejorando la infraestructura -de la mano entidades como Asocaña y la Gobernación-. La idea es mejorar siempre la atención porque aquí llegan todos los habitantes de calle y la gente que no tiene recursos”, añadió.
Aunque el San Juan de Dios ha atravesado crisis económicas que los ha llevado hasta a vivir de donaciones, desde hace dos años se han venido subsanando aspectos vitales como la pérdida del dinero.
“Este Hospital perdía recursos de manera mensual -por la falta de pagos de las entidades prestadoras de salud y aseguradoras- pero hoy ya somos una institución que se autosostiene.
A nuestros empleados ya se les paga mes a mes (pese a que desde administraciones pasadas aún quedan grandes deudas en términos de seguridad social y cesantías) y los insumos ya son suficientes para la atención”, reveló el médico.
Así mismo, el doctor cuenta que actualmente hay una enorme voluntad por seguir sacando el Hospital adelante.
Pese a ello, revela que el Hospital -usualmente- recibe solo el 50% o el 60% con suerte- de los montos que facturan por la atención. El resto lo debía gestionar la institución.
Ahora, gracias a convenios que se han hecho con las EPS ya se están empezando a recuperar recursos que “nosotros atendíamos y nadie nos reconocía”, indicó el Gerente General.
A pesar de que esta institución sigue siendo un faro de luz para habitantes de calle y población vulnerable -quienes están ubicados en un ala especial de este centro asistencial de mediana complejidad-, a sus instalaciones ya llegan personas del régimen contributivo y subsidiado.
“Aquí atendemos personas provenientes de Coosalud, Nueva EPS, Emssanar y Mesalud. Además, tenemos especialidades como: medicina interna, cirugía interna, ortopedia, neurología, entre otras”, describió Morera.
Este Hospital, que hasta hace dos años facturaba cerca de $4.000 millones, hoy factura alrededor de $11.000 millones.
Para la institución -que asciende a los 1.100 profesionales- es vital que la ciudad reconozca al San Juan de Dios como un Hospital con opciones de atención para todos, con instalaciones nuevas y con una historia de trabajo y pasión a cuestas.
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