Pese a que los padres de Lady Johanna Morales le dieron cristiana sepultura a su hija el pasado 4 de enero, tal como lo publicó Q'hubo en su edición impresa de ese día, siendo el único medio que se ocupó de este caso en su momento; hasta hoy se sigue hablando de este caso de feminicidio que ha estremecido a la ciudad.
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Y ha tocado fibras por la forma en que fue hallado el cuerpo de esta joven de 25 años, que en primera instancia había sido reportada como desaparecida el pasado 28 de diciembre. "Tenía muchos signos de tortura", dijo don Jesús Morales, su padre.
El cuerpo fue tan torturado y estaba en estado tal de descomposición que fue imposible reconocerla de inmediato. Tuvo que utilizarse placa de los dientes para confirmar que era Leidy Johana, una joven que vivía en el barrio Decepaz y que estaba luchando por salir adelante. pic.twitter.com/St6K7VjwSy
— Juliana Ramírez (@Julianaramirez6) 7 de enero de 2019
Se refiere a que Lady fue encontrada envuelta en alambre de púas, al parecer le habían retirado uno de sus ojos, le habían arrancado su cabello e incluso, borrado sus huellas dactilares para evitar ser reconocida.
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De hecho, en Medicina Legal a donde fue llevado su cuerpo después de haber sido encontrado en un canal que desemboca en el río Cauca, en el corregimiento de Navarro, zona rural de Cali, el reconocimiento tuvo que realizarse por medio de placas dentales que fueron cotejadas con exámenes de un tratamiento odontológico que la joven se había realizado anteriormente.
Estaba desaparecida desde el 28 de diciembre. Ese día llegó hasta la puerta de su casa a las 11:30pm luego de vender luces en su puesto ambulante. Según sus familiares, un testigo vio que alguien, aún sin identificar, la llamó y la abrazó. pic.twitter.com/I4yyIDQoEP
— Juliana Ramírez (@Julianaramirez6) 7 de enero de 2019
“La última vez que vi con vida a mi hija fue el 28 de diciembre a las 11:00 p.m. cuando la despaché en el MÍO para la casa, luego de ayudarme en el trabajo”, dijo don Jesús.
Lady ayudaba a su papá en el centro de Cali, donde este comercializaba productos como juguetes, globos, entre otros, en un puesto ambulante de la Calle 12 entre Carreras 3 y 4. Era técnica profesional en Gestión Empresarial de la Fundación Universitaria Católica, y además trabajaba realizando el aseo en la Iglesia La Milagrosa de Cali. Su mayor pasión eran sus tres perritos, según sus padres.
No olvideSegún vecinos, cuando ella estaba ingresando a su casa, un hombre la abordó en una moto y se la llevó.
"Ella les decía que nunca iba tener hijos, si no una manada de perros en su casa", dijo su padre.
En su memoria, este martes 15 de enero a las 6 de la tarde en la Plazoleta del Colegio Compartir, se hará un Lucernario de oración y compromiso. ¡Están todos invitados!
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