La mamá de Lynda Michell, asesinada en diciembre pasado en Bogotá, se infiltró durante más de 20 días en una olla para buscarla; su valor ayudó a capturar a temibles delincuentes.
Dicen que el amor de una madre no tiene límites y la progenitora de Lynda Michell Amaya es prueba viviente de eso, pues se enfrentó al difícil mundo de una olla en Bogotá para hallar a su hija, desaparecida y asesinada en diciembre pasado.
La mujer relató su historia en Noticias Caracol, en donde la Policía destacó su valor como clave para dar con el paradero de una temible estructura delincuencial.
Entre estos estaban los dos hermanos que secuestraron, torturaron y asesinaron a Lynda Michell, su hija de 15 años desaparecida desde el 30 de noviembre.
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La menor salió en la tarde de ese día a montar bicicleta, recorrió 20 kilómetros y llegó al parque Tercer Milenio, cercano a San Bernardo, un peligroso sector del centro de Bogotá.
Según pudo establecer la Policía, Lynda habría llegado al sector en busca de un celular que le robaron días antes.
No obstante, se encontró con dos 'Sayayines', temibles delincuentes de la banda Tasmania, que la raptaron y la llevaron hasta una casa en demolición donde la atacaron con arma blanca.
No contentos con eso, la lanzaron desde un tercer piso y luego le pagaron a un carretero para que recogiera su cuerpo y lo dejara lejos de San Bernardo.
Sin embargo, la carreta se dañó, por lo que el hombre la dejó en una esquina de ese sector.
Hasta ahí llegaron unidades de la Sijin el 2 de diciembre, a las 2:00, que recogieron el cuerpo y lo entregaron a Medicina Legal.
Hasta ese momento, la mamá de Lynda no sabía nada de ella, solo que había estado cerca al sector.
Todo por su hija
Desesperada por no saber nada de la menor de 15 años, la mujer le hizo caso a la dueña de una panadería que la vio angustiada y le sugirió entrar al lugar.
Aunque le dijo que solo lo hacían drogadictos, habitantes de calle y delincuentes, la mamá de Lynda decidió ir en busca de su pequeña.
Para eso, fingió ser una mujer de calle y consumidora, que llegó al lugar durante más de 15 noches.
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Decidí cambiar mi aspecto físico, me envolví en la cobija de un animal para oler mal, trituré mucho carbón, me lo unté en la cara y entré con pitillo, talco, tapas. Me escondí para que sintieran que hacía parte de ese lugar", relató a Noticias Caracol.
Entre lágrimas, la progenitora contó que siempre llegó a sentarse en la esquina donde encontraron a Lynda Michell. "Como si ella me dijera que llegara ahí a descansar o a escuchar", dijo.
Este trabajo de inteligencia le permitió recopilar información valiosa para la captura de los dos hombres y de una mujer más, señalada de coordinar la venta de drogas en el lugar.
Su día a día se convirtió en ir a San Bernardo en las noches vestida de indigente y de día como ella, como la mamá de Lynda. La acompañaban su papá y sus dos hijos, quienes por horas buscaban pistas de la menor en el sector.
También fueron a Medicina Legal, sobre todo cuando supieron del cuerpo hallado el 2 de diciembre. No obstante, allí les dijeron que no podría ser la menor, pues la mujer que encontraron tenía entre 19 y 30 años.
¿Error de Medicina Legal?
A Lynda Michell la tuvieron en Medicina Legal por más de 15 días. Mientras su mamá se infiltraba en la olla de Bogotá, su cuerpo esperaba entre los reportados como NN.
Para los investigadores, ella era una mujer adulta y por ende, no podía ser la niña que buscaban con desespero su abuelo y su mamá.
Sin embargo, el 30 de diciembre descubrieron que no podía ser una mujer de 30 años, pues su carta dental así lo revelaba.
Medicina Legal se contactó con la familia de Lynda y les comunicó lo sucedido. Además, les dijo que la habían enterrado el 18 de diciembre como NN.
Finalmente, el cuerpo de la menor de 15 años fue entregado a su familia el 7 de enero, cuando pudieron darle sepultura.
La familia cuestionó el procedimiento fallido de la entidad y pidió claridad sobre lo sucedido con Lynda Michell.
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