El enfrentamiento a tiros entre dos primos, en una panadería en el barrio Santa Ana de Candelaria, no sólo desató ayer el terror entre sus habitantes, sino que logró revelar por parte de las autoridades lo que hay detrás de las 13 muertes violentas en este municipio, en lo que va corrido de este año.
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Para el comandante de la Policía Metropolitana, general Hugo Casas, detrás de todas estas muertes hay organizaciones delincuenciales que se disputan la venta de alucinógenos y que son lideradas “por dos narcotraficantes: ‘Yeiko’ y El Zarco”, dijo el oficial.
“‘El Zarco’ va a la cárcel y ‘Yeiko’ se apodera del negocio del microtráfico. Y cuando sale ‘El Zarco’ se desata una disputa, lo que ha generado un número importante de muertes entre bandas en Villagorgona”, explicó el general. De ahí que la Policía tiene en ‘la mira’ a estos dos hombres y no descansará hasta capturarlos.
No se olvideDesde hoy, 100 uniformados más estarán atendiendo la seguridad de este municipio. La prioridad, capturar a 'Yeiko' y 'El Zarco'.
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Van 13 casos
La racha de muertes en Candelaria comenzó desde el 23 de diciembre, pero se intensificó en lo que va corrido de este año.
Entre las víctimas están John Daby, asesinado en el barrio Santa Ana el 18 de enero; Steven Botina, baleado en el barrio La Aldea de Villagorgona; Luis Antonio Caicedo Torres, asesinado en el barrio La Cruz; Carolina Granobles y Carlos Escobar Díaz, asesinados en el barrio El Paraíso; Andrés Restrepo, ultimado en la finca El Encanto, el 3 de febrero; un joven conocido como ‘Chinga’ fue acribillado en el barrio 20 de Julio, el pasado domingo y la noche del lunes asesinaron a Pedro José Hernández.
Esto sin contar con el crimen de dos primos identificados como Rolfi Garcés García, de 40 años; y Juan Pablo Caicedo García, de 19, la mañana del martes 5 de febrero.
Según testigos, Rolfi salía de una panadería ubicada en la Carrera 2a con Calle 9a, barrio Santa Ana, y en ese instante logró observar que cerca a ese sitio estaba su primo Juan Pablo Caicedo García, por lo que decidió devolverse para ingresar a la panadería y esconderse en un baño.
Fue allí cuando clientes y empleados del establecimiento comenzaron a ser testigos de un duelo fatal. El mayor, Rolfi, se enfrentó para quitarle el arma de fuego a su pariente, hiriéndolo de gravedad, pero este también estaba herido de muerte.
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