Más de un mes es el tiempo que Mario Alexander Becerra, de 64 años y usuario de EPS Medimás, está a la espera de una cirugía que le haga frente al aneurisma que está asentado en la parte trasera de su cabeza desde abril de este año.
Su hijo, Andrés Felipe, se ha dedicado incansablemente a agotar todos los recursos y contactos “para no terminar con un muerto en la clínica”. Actualmente se encuentra en la Sala de Filtros del Hospital Universitario del Valle, HUV.
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Todo inició con un desmayo por parte de Becerra. Sus familiares lo llevaron a la Clínica Versalles, oeste de Cali, en donde le hicieron varios exámenes que determinaron su enfermedad.
“Aunque al principio hubo líos para que la EPS le autorizara dos reparaciones endovasculares (cirugías), al final se las hicieron, pero no fueron del todo posibles, dado que mi papá tenía las venas muy obstruidas. Luego de esos procesos, le dieron salida, ya que empezó a comportarse muy agrevisamente”, explica Andrés Felipe.
Becerra empezó, a raíz del aneurisma, a olvidar el orden de las cosas en su casa, a presentar caídas repentinas, un deterioro psicológico que iba acompañado de constantes dolores de cabeza y cansancio en todo el cuerpo.
Por ese tiempo el Tribunal Superior de Cundinamarca, el 30 de abril, ordenó suspender la operación nacional de Medimás para que sus casi 3,8 millones de usuarios en todo el país fueran remitidos a otras aseguradoras de salud en menos de seis meses
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Un triste panorama
La noticia no solo generó alerta en los usuarios al tratarse de un plazo muy corto que -según algunos- podría dejarlos a la deriva, sino que también hizo más dificultoso el acceso a la salud, dada la “paranoia” que despertó en las IPS que tenían convenio con Medimás.
“Ahí empezó la verdadera lucha con Medimás con el propósito de que le aceleraran los exámenes para hacerle una nueva reparación endovascular que los médicos le habían ordenado. Ya ni nos autorizaban las citas”, asegura el hijo del enfermo.
El panorama fue tornándose cada vez más desalentador cuando la familia de Becerra descubrió que ninguna clínica y hospital de Cali tenía convenio con Medimás, salvo por el Hospital Universitario del Valle, en donde fue atendido durante tres semanas en un pasillo del tercer piso.
La cordura del señor iba en picada. Confundía los nombres de sus hijos, creía que familiares muertos hace tiempo todavía estaban vivos y tenía una inexplicable necesidad de tener su dinero a su lado. Para tranquilizarlo, sus hijos le dieron billetes falsos. Cada vez era más agresivo y debía estar maniatado de pies y manos a las barandas de la cama.
Autoridades
El caso solo es uno entre los más de 400 han llegado a la Defensoría del Paciente de Cali por parte de usuarios de Medimás. El jefe de dicho despacho, Alexánder Camacho, afirmó: “A pesar de la buena disposición que hemos visto en la gerencia regional de Medimás, todavía se siguen presentado estas barreras de acceso, pues este es un problema estructural y de orden nacional. La mayor problemática se halla en que no hay una red prestadora suficiente”.
“Medimás tiene la responsabilidad de garantizar el tratamiento del señor Becerra, por lo debe encontrar una IPS que garantice lo que necesite para salvarguardar su vida”, aseveró Camacho.
Frente a este panorama, El País contactó a Medimás, entidad que respondió en un comunicado: “El día 6 de mayo del año en curso se radicó un recurso de apelación que implicó que el trámite debe ser llevado al Consejo de Estado y hasta tanto no se pronuncie, el fallo no tendrá ningún efecto. La sentencia quedó suspendida hasta que el Consejo de Estado tome una decisión final”.
Y afirmó que “Medimás ya está al frente del caso (de Becerra) y lo está priorizando para dar solución a los requerimientos del usuario”, añadió.
Entretanto, los hijos de Becerra harán trámites eternos para darle una nueva oportunidad a su padre.