Tras 8 años recluido en una prisión de los Estados Unidos, David Murcia Guzmán, el cerebro de la captadora de dinero DMG pisó suelo colombiano el día de hoy.
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Guzmán llegó a Colombia esta mañana, deportado de Estados Unidos. El cerebro de una de las mayores estafas que ha tocado al ciudadano del común, volvió al país a pocos meses de que se cumplieran los 11 años de condena que le impusieron en Estados Unidos y llega a responder por los pendientes que dejó con la justicia colombiana.
Estaba pronosticado que Murcia llegara a Colombia el pasado 27 de abril en un avión en el que estaban Leonardo Pinilla, el general (r) Mauricio Santoyo y otros 99 deportados. Sin embargo, esto no ocurrió y el condenado empresario dijo que todo eran "fake news". En esta oportunidad, la información la confirmó la Cancillería colombiana, entidad que señaló que Murcia "fue subido a último momento al avión de deportados que arribará cerca al mediodía a la capital (Bogotá), razón por la cual no está incluido en el listado de deportados entregado por las autoridades del país norteamericano".
Murcia Guzmán fue condenado inicialmente a 30 años y 8 meses de prisión en 2009, pero luego la Corte Suprema de Justicia redujo, en 2016, a 22 años por errores técnicos. En enero de este año, el juzgado de ejecución de penas que vigila el cumplimiento de este fallo acreditó que Murcia Guzmán todavía tiene cuentas pendientes, pues el tiempo que pagó en la justicia de EE. UU. no será tenido en cuenta en Colombia por tratarse de delitos distintos.
La historia de Guzmán y su deportación a Colombia cierra el ciclo de un escándalo que sacudió al país y que tuvo una respuesta de la justicia colombiana mucho más enérgica que sonados y multimillonarios descalabros como Interbolsa, entre otros.
Historia de DMG
Con la captadora DMG se comprobó que la justicia, cuando así lo quiere, puede responder con velocidad. Todo empezó el 8 de abril de 2005, con la escritura pública número 0001033 de la Notaría 35 del Circuito de Bogotá, que creó la sociedad Grupo DMG S.A., con variado objeto social y un capital de $100 millones, cuyo mayor accionista era David Eduardo Helmut Murcia Guzmán.
En el fallo de la Corte Suprema quedó consignado que el 5 de diciembre de 2005, apenas ocho meses después de creada, la sociedad recibió una inyección de capital de parte de sus socios de $1.135 millones, sin que desarrollara su objeto social, ni generara ingresos operacionales. El lío fue que el capital se recibió como préstamo y Murcia no tenía con qué responder.
Según los expedientes judiciales, el capital de la compañía aumentó a $2.696 millones, por consignaciones en efectivo fraccionadas desde lugares como Puerto Asís, Mocoa y La Hormiga, en Putumayo, o Monte Líbano y Montería, en Córdoba.
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