Pasar por la Carrera 10 en Cali es sinónimo de miedo, inseguridad y ruina por no nombrar más problemas.Sin embargo, lo que muchos ignoran es que en aquellas carretillas que aún cargan raíces, granos y hasta carne, en tiempos pasados fue una plaza de mercado próspera que surgió hace más de un siglo, pero como pregona la canción: "Todo tiene su final, nada dura para siempre".
Esta plaza de mercado fue denominada como el único centro de comercio de alimentos desde 1897, cuando estaba ubicada en La Plaza de la Constitución - Actual Plaza de Cayzedo- pero por razones de modernización de la infraestructura fue trasladada a pocos kilómetros.
Y así, en 1930 esta ‘revueltería’ llegó al sitio conocido por aquella época, como el Monte o La Colina Calvario, la cual abrió sus puertas a los comerciantes.
50comerciantes aún trabajan en este deprimido sector del centro de Cali.
A pesar de esto, y con el paso de los años los ‘pétalos’ del mercado se fueron marchitando por el humo nocivo emitido por habitantes de calle, junto a problemáticas sociales.
Una vida pregonando
"Llegue en el año 1955 y todo era diferente. Donde queda el Palacio de Justicia estaba la Galería Central, abajo en donde está ahora el edificio Petecuy quedaban los 'cebolleros', y a este lado donde estamos (Ciudad Paraíso) quedaba la 'Corredora', donde se encontraban los famosos pescadores. Ellos se venían del Cauca con las carretillas llenas, eran tiempos prósperos", puntualizó Emilio Acultúa, un veterano comerciante.
Este hombre de 88 años de edad, cuenta que trabajar en una parte tan insegura no ha sido fácil, y que le ha tocado sortear varios ‘chicharrones’.
“Yo vivo en Terrón Colorado, me levantó a las 4:00 a.m. y me vengo en jeep. La mercancía la dejamos amarrada y le pagamos a una persona para que nos la cuide. Pero ya me han atracado, unas veces por confiado y otras por ‘dra papaya’. Pero esto no es ni un cuarto del comercio y de las familias que vivían de este punto”, afirmó.
Por ahora, lo único cierto es que el primer mercado masivo que tuvo Cali en su historia está a punto de morir, ya sea por la ubicación, por el manejo de alimentos o tal vez el estigma, los caleños se han abstenido en comprar allí.