Tanto la madre como el bebé tienen derechos, antes, durante y después del embarazo. La atención integral en servicios de salud es vital para tener un embarazo con pocos riesgos.
Uno de los principales derechos a los cuales tiene acceso una mujer, y más en estado de embarazo, es a que se le garantice por completo todo lo relacionado a la salud materna, es decir, tanto de la mamá como la del recién nacido.
Esto será desde el momento en que se confirma el embarazo, durante las 40 semanas en promedio de gestación y luego de que se produzca el nacimiento del niño o la niña.
Sin embargo, del dicho al hecho hay mucho trecho y en algunos casos estos mínimos no se cumplen, es por eso que le explicamos por qué es fundamental que usted como mujer, si desea tener hijos o está en este momento esperando una bendición, exija sus derechos ante la IPS que la atiende actualmente.
Dentro de los principales derechos que tienen las madres y los bebés desde el momento de su fecundación, están garantizar, de acuerdo a caso en particular:
Si llega a presentar: sangrado vaginal o secreciones diferentes a flujo vaginal; alteraciones en el estado de conciencia y convulsiones; visión borrosa o con lucecitas; disminución en los movimientos del bebé (menos de 10 movimientos en 12 horas), mucho cuidado, porque el embarazo puede estar en riesgo.
Si sobrepasó la fecha estimada del parto, y sumado a esto también presenta contracciones frecuentes, duraderas y de alta intensidad; inflamación de la cara, manos y/o pies, lo mejor será acudir al médico urgente.
Recuerde que 40 semanas dura la etapa de gestación de un bebé en el cuerpo de una mujer, y es fundamental llevar controles prenatales a lo largo de estas semanas para descartar riesgos en la madre y el menor.
La lactancia es el proceso siguiente al nacimiento del bebé, y es una de las primeras formas de conexión que la madre y el recién nacido generan.
En el caso de los neonatos los beneficios de la lactancia son varios, pues los protege de infecciones respiratorias y enfermedades crónicas graves; estimula el desarrollo de su sistema inmunológico y favorece sus habilidades cognitivas.
De igual forma, favorece el desarrollo de su mandíbula debido a la succión y evita el estreñimiento dado que la leche de la mamá se asimila más fácil y su digestión es más sencilla. Por último, disminuye la probabilidad de sufrir sobrepeso y obesidad y el riesgo de que el bebé sufra de malnutrición infantil.
Mientras que en las mamás ayuda a liberar hormonas de felicidad, calma y positivismo (prolactina y oxitocina); favorece a la pérdida de peso después del parto; reduce el sangrado en el postparto y la recuperación es más rápida.
Por otro lado disminuye el riesgo de sufrir enfermedades del corazón, cáncer de ovario y mama, diabetes tipo 2, osteoporosis, entre otras; y por último reduce la depresión postparto y retarda el inicio de los periodos menstruales.
Ante cualquier complicación, no dude en salir al servicio de atención médica más cercano para que la vida del menor y la suya no corran riesgos.
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