El 17 de noviembre del año 82, se jugó la quinta fecha del octagonal final de la Liga. América era el líder y Deportivo Cali estaba en la segunda casilla a un punto del cuadro 'escarlata'. Es decir, un clásico lleno de emociones.
Para este encuentro el estadio Pascual Guerrero se encontraba totalmente lleno. Grande figuras del fútbol colombiano estaban presentes: Gabriel Ochoa Uribe era el DT del América y estaban los delanteros Julio César Falcioni y Juan Manuel Battaglia. Por el lado del verde, hacían parte Pedro Antonio Zape, Willington Ortíz y Carlos Amaro Nadal.
En temas deportivos fue un gran encuentro para los aficionados. Willington abrió el marcador para los verdes, pero de la mano de Battaglia y el 'Martillo' Penagos le dieron la vuelta al marcador y pusieron al América a ganar 3-1.
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Por el resultado, y a pocos minutos de acabarse el partido, varios hinchas fueron saliendo por la tribuna sur del estadio para evitar la congestión a la salida. Sin embargo, llegaría la tragedia.
Mientras que los aficionados salían del estadio, unas personas desde el segundo piso empezaron a orinar a los que abandonaban el encuentro e hicieron que se apresurara el paso y generó mucho movimiento en la rampa.
Mientras que esto sucedía, Roberto Mosquera y el uruguayo Carlos Nadal, habían logrado la hazaña y encontraron el empate para el Deportivo Cali. Al escuchar la euforia de los goles, muchos aficionados que ya se encontraban afuera intentaron reingresar al estadio para observar lo que sucedía.
Los hinchas que corrieron para entrar al estadio se encontraron con los que estaban escapando de los orines que caían desde el segundo piso. Esto provocó una estampida de hinchas que congestionó la rampa de la tribuna sur. Este acumulado de personas provocó que la baranda protectora se desplomara y así resultó en una avalancha de hinchas de todas las edades.
Varias personas quedaron asfixiadas y otros resultaron gravemente lesionadas. Este hecho dejó un saldo de 20 personas muertas y más de 200 heridos. Las ambulancias llegaron lo más rápido al estadio y la Calle Quinta fue cerrada para atender a la emergencia.
Ese 17 de noviembre, que ya se encontraba de noche, colapsó Santiago de Cali. Los hospitales de la ciudad estaban llenos y cientos de familiares estaban buscando y velando por las personas afectadas. Todos con la esperanza de encontrar a sus conocidos con vida.
De esta manera, se recuerda la famosa frase del uruguayo Carlos Amaro Nadal, en el que confesó que de saber lo que iba a pasar, nunca hubiese anotado ese gol.
Se cumplen 40 años; hay algunas personas que fueron testigos de este hecho y lo recuerdan como una fecha trágica para la ciudad. Un hecho que manchó un buen partido de fútbol y que las personas que vivieron esto desean no volver a presenciar algo parecido en medio de un clásico vallecaucano.
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