En la ciudad china de Wuhan, los amantes a la pelota disfrutan nuevamente en las canchas.
En Wuhan el fútbol va vuelto a la normalidad: confinados durante casi tres meses, los habitantes de la ciudad china, que fue epicentro del coronavirus, volvieron a los terrenos de juego.
El confinamiento en Wuhan, la metrópolis del centro de China, de 11 millones de personas, comenzó el 23 de enero y terminó a finales de abril.
“Fue un largo confinamiento. Hemos tenido que contentarnos con hacer ejercicio físico en casa”, cuenta al borde del terreno Wang Zijun, un jugador aficionado de 42 años.
“Con mi hijo teníamos la costumbre de hacer malabarismos y pases con el balón en casa. A veces, íbamos al aparcamiento subterráneo de nuestro inmueble para movernos un poco”, explicó durante una sesión nocturna de fútbol en Wuhan.
Otro jugador, un señor llamado Wen, confía, bajo los focos del terreno, su alegría por poder volverse a encontrar con sus amigos en el calor previo al verano de Wuhan.
“Durante el confinamiento, todo el mundo se sentía oprimido”, recuerda este hombre de 45 años.
“Ahora todos necesitamos hacer ejercicio físico. Entrenamos una vez por semana y estoy muy contento”, añade.
La vida de los futbolistas profesionales de la ciudad de Wuhan también cambió con la pandemia del Covid-19.
La estrella de la selección china femenina y exjugadora del París Saint-Germain, Wang Shuang, tuvo que contentarse con patear al balón en una terraza de un edificio de Wuhan, ciudad en la que nació y en la que estuvo confinada.
Por su parte, los equipos Wuhan Zall (primera división) y Wuhan Three Towns (tercera) se vieron obligados durante largas semanas a entrenarse en el extranjero, antes de poder finalmente volver a la ciudad.
La federación china de fútbol no ha anunciado, sin embargo, la fecha de reanudación del campeonato nacional.
