De ahora en adelante, Argentina llevará bordadas tres estrellas en el pecho... Lionel Messi y compañía siguieron los pasos de las selecciones de Mario Kempes en 1978 y de Diego Armando Maradona en 1986 al conquistar el tercer título mundial este domingo en Doha, tras derrotar a Francia en los penale.
1978: la controvertida primera estrella
Argentina albergó la Copa del Mundo de 1978 en plena dictadura, encabezada por Jorge Rafael Videla, el líder de una junta cívico-militar que tomó el poder tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
En el campo del que hasta hoy es uno de los eventos deportivos más controvertidos, el equipo liderado por el capitán, el zaguero Daniel Passarella, derrotó a Países Bajos (3-1) en la prórroga de la final.
La 'naranja mecánica' no contó con su máxima estrella, Johan Cruyff.
Durante años se especuló sobre el motivo de su ausencia: desde su supuesta oposición a la dictadura militar, presuntos enfrentamientos con los directivos neerlandeses hasta diferencias con la marca que fabricaba la ropa de la selección.
Pero lo cierto es que el mediocampista no participó debido a una mala experiencia sufrida en Barcelona antes del torneo, cuando él y su familia fueran encañonados y amarrados en un robo a su casa.
"Era el momento de poner el fútbol a un costado. No podía jugar un Mundial después de eso", dijo en una entrevista a una radio catalana en 2008.
Sin Cruyff, el turno para brillar fue para el delantero argentino Mario Kempes, autor de dos tantos en la final y goleador del torneo (6).
"En 1978 y 1986, por suerte, salimos campeones. Nos falta un Mundial de Messi. Ya veremos qué pasa", dijo a la AFP el 'Matador' antes de la victoria albiceleste contra Francia en Doha.
El acceso de Argentina al último juego, sin embargo, estuvo marcado de polémica, con sospechas sobre el último partido de la segunda fase, entonces disputada en un formato de dos grupos de cuatro equipos.
La Albiceleste enfrentó a Perú, uno de los mejores equipos de la época, con la necesidad de ganar por cuatro goles para superar a Brasil y clasificarse a la final. Venció 6-0.
"El Mundial lo ganamos en la cancha", defendió Daniel Passarella en 2014. "Nosotros nos dedicamos a jugar y adentro de la cancha dejamos todo. Nos enfrentamos a rivales europeos muy poderosos y ninguno pudo con nosotros".
1986: La obra maestra de Maradona
El título de 1986 en México será para siempre el de un hombre, Diego Armando Maradona.
En la cúspide de su juego a los 25 años, 'El Pibe de Oro' construyó su leyenda en un épico duelo de cuartos de final ante Inglaterra.
Argentina venció 2-1 con doblete del Diego, en un encuentro marcado por la tensión política entre ambos países, apenas cuatro años después de la Guerra de las Malvinas.
Sus dos tantos se convirtieron en leyenda del fútbol: el primero, la famosa "Mano de Dios", fue una anotación que el árbitro tunecino Ali Bennaceur validó pese a haber sido hecha con la mano; el segundo, una fantástica cabalgada partiendo desde el centro del campo para eludir a la defensa y el portero ingleses.
"Ahora sí puedo contar lo que en aquel momento no podía, lo que en aquel momento definí como 'La mano de Dios'... Qué 'Mano de Dios', ¡fue la mano del Diego! Y fue como robarle la billetera a los ingleses también", escribió el '10' en su autobiografía.
El segundo gol, inmortalizado en la narración del uruguayo Víctor Hugo Morales, fue elegido "gol del siglo XX" en una encuesta virtual realizada por la FIFA.
Maradona, entonces jugador del Nápoles de Italia, brilló de nuevo en la semifinal con otro doblete ante Bélgica (2-0). En la final, hizo el pase decisivo para que Jorge Burruchaga marcara el gol de la victoria ante Alemania (3-2).
"Sin dudas fue el mejor futbolista que enfrenté, pero al día de hoy no lo perdono ni perdonaré. Jamás se disculpó, nunca dijo 'hice trampa' e inventó eso que llaman la 'Mano de Dio