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"Estaba cantando y cuando bajaban el muerto al hueco y un muchacho dijo : !Parcerito yo quiero irme con usted! de una llegó otro de los amigos y le pegó tres tiros, y en el hueco quedaron los dos". Anécdotas como esta son las que le han ocurrido al mariachi de la muerte. Q'hubo te cuenta la historia tras los versos musicales.
Nadie es eterno en el mundo, ni teniendo un corazón que tanto siente (...)", fue el primer verso que ‘Alberto’ le dedicó a un muerto. Él es un hombre que canta sobre las tumbas de quienes descansan en paz, pero como lo dicen los dolientes; "le alegra el alma al que ya no está".
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Artísticamente se conoce como ‘Alberto’ aunque su nombre de pila sea Segundo Javier López, quien a pesar de trabajar en medio de las tumbas y el llanto por tanto tiempo, no pierde su sentido del humor
20años lleva cantándole a la muerte.
Del bus al cementerio
"Yo soy caleño pero no tenía plata ni trabajo, entonces en el año 91 me fui pa’ Bogotá y terminé cantando en los buses. En esos tiempos era muy bueno", dijo, hablando acerca de sus inicios en el canto. "Yo soy empírico. Toco bajo y piano, pero la que traigo a los cementerios es la guitarra", comentó.
Sentado, y reposando su guitarra en una sepultura ‘tragada’ por la maleza, este artista contó que en una de esas tantas rutas de buses que abordaba en Bogotá, un allegado le propuso cantarle a los muertos, algo que nunca había escuchado, pero que debido a la necesidad terminó pasando cada día de su vida entre cadáveres e historias.
No olvide
"en otro entierro, ya estaban enterrando al un joven que habían matado, y mientras bajaba al hueco; mataron al papá, y cuando la familia ya iba saliendo mataron a la hermana del joven. Una balacera de película".