Tras casi dos años de permanecer inactivas por la pandemia, poco a poco, algunas discotecas de Menga han ido retomando actividades. Pero los días donde todo era luces, música y personas divirtiéndose por todos lados, han quedado atrás.
Ahora solo son pocos los establecimientos que aún funcionan, las luces son tenues y las calles oscuras, casi un panorama fantasmal. Esto sumado al alargamiento en el tiempo de las obras en la antigua vía Cali-Yumbo, han hecho que los caleños decidan ir a divertirse a otros lados de la ciudad.
Por esa razón, Q'hubo estuvo en Menga para retratar la difícil situación económica y comercial que han venido viviendo los comerciantes y residentes del sector.
Esto nos dijeron:
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Y así poco a poco fue muriendo Menga como sitio icónico de la rumba en Cali. Los bailadores de los últimos tiempos lo recordarán por sitios como Jala Jala, Siboney, Ranchenato, Lolas, Space, Bailatino.
A la historia pasará que en Menga era el remate de la rumba porque sus puertas estaban abiertas hasta las 6 de la mañana, y más si se quisiera, pues al terminar la fiesta ya estaban abiertos los 'chuzos' para desayunar.
Ahora, lejos de las luces y el bullicio de la rumba, Menga se proyecta como un sector residencial además de industrial, pues grandes constructoras le están apostando a proyectos residenciales en el lugar.
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