Los últimos seis días han dejado a Cali sumida en un ambiente de dolor, angustia y desolación, que es posible percibir en sus calles; así luce la ciudad tras el doloroso 3 de mayo.
La Cali colorida y alegre que nos acostumbramos a ver aparece ahora apagada por el gris del dolor que la cubre desde hace seis días.
Un gris que empieza a ser oscuro tras la tormentosa noche del 3 de mayo, donde en Siloé reinó el pánico, la muerte y la confusión.
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Fue el epílogo de un día que caía en su tarde con la revuelta del sector La Luna, en el centro de la ciudad, cerca a una de las arterias viales más importantes de la capital vallecaucana: la Autopista Suroriental.
Ahí, el hotel La Luna, un tradicional negocio que llevó el nombre de la zona por más de 50 años terminó incinerado. Antes, ante los ojos del mundo, en un en vivo con Residente, el fotógrafo Jahfrann registró la represión policial a la que fueron sometidos los protestantes que asistían a una velatón.
Horas más tarde, Siloé gritaba a través de las redes sociales con videos del caos que se apoderó de la Ladera. Disparos, gente corriendo, incendios y madres llorando a gritos quedaron retratados en los clips que registraron el horror que se mantuvo hasta altas horas de la madrugada.
En la mañana Cali se despertó con una tensa calma, incrédula de lo que había sucedido y llorando tres muertes más.
Sus calles están más solas que de costumbre; el negro mate de los incendios apagados en los edificios; las calles pintadas con las cenizas de llantas, cartón y tantos otros objetos incinerados y las caras de los caleños que no asimilan lo sucedido son el paisaje de la ciudad por estos días. Así se ve Cali tras seis días de dolor:
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