Aunque este año la edición número 24 del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez arrancó de forma virtual, no será impedimento para que la gastronomía y la música llegue a cada uno de los hogares hasta el 27 de septiembre.
Uno de los protagonistas que sin duda se toma el festival es el viche, el cual ha sabido abrirse camino para ser reconocido como una bebida que narra toda una historia enmarcada en la lucha y resistencia de los pueblos afrodescendientes.
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Cada botella de viche y sus derivados como el arrechón, tomaseca o tumbacatre, lleva una herencia familiar con sabor a cultura y tradición.
La presencia de esta bebida siempre ha estado acompañando a las comunidades del Pacífico en todo momento. Está presente en la salud, la celebración y la muerte.
Por esa razón, Q'hubo habló con varias mujeres portadoras y productoras de esta bebida ancestral que resiste al tiempo y permanece como sello sagrado en los territorios afrocolombianos.
Angie Daniela Angulo heredó de su madre todos los saberes que hay alrededor del viche. Ella no nació en San Antonio de Guají (Guapi, Cauca) como su mamá, pero conoce la importancia de mostrarle a las próximas generaciones lo vital de este destilado.
"Yo nací en Cali, pero tengo cada enseñanza de mi mamá. Todo lo que hacemos a través de nuestra producción es para visibilizar nuestra herencia, cultura y educar más que todo para quitar los estigmas que tienen estas bebidas autóctonas", manifestó Angulo, quien junto a su familia lideran la marca 'Herencia Guapireña'.
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Por su parte, la cantora Nidia Góngora, quien además de dedicarse a rescatar el folclor del Pacífico colombiano, también promueve esta bebida ancestral a través de su empresa 'Viche Positivo'.
"El viche siempre me recuerda a mi tierra, a mis raíces. Considero en que es fundamental que las próximas generaciones conozcan la historia y tradición que hay detrás de esta bebida", expresó Góngora.
Desde antes de la Ley 70 de 1993- ley que le dio el reconocimiento a las comunidades afro y a sus tradiciones- , el viche fue perseguido por las autoridades y las grandes industrias licoreras que lo consideraban una gran competencia.
Para 1997, año en el que surgió el Festival de Música del Pacífico del Petronio Álvarez, el viche logró legitimidad, comentó Lucía Solís, portadora y productora de viche.
"La mesa Destila Patrimonio, que se creó bajo el mandato de la exgobernadora del Valle Dilian Francisca Toro en el 2019, nos ha dado ese apoyo para lograr que el viche sea reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial del país. Paso a paso vamos resaltando el valor de lo que es proteger esta bebida esencial de nuestras comunidades", señaló Solís.
La mesa de Destila Patrimonio, se creó en Buenaventura pero cuenta con sedes en Cali y en Bogotá. Desde allí comenzó el inicio del proceso para declarar el viche como Patrimonio Cultural de Colombia.
Entre tanto, el viche también se acercó al Invima y a diferentes ministerios de cultura y salud. Esto con el propósito de comercializarse y, en futuro no muy lejano, reconocerse en otros países.
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