Ese tumbao que caleños y turistas han bailado, cantado y hasta respirado, en Tintindeo, hará una pausa para mejorar y llegar con las energías recargadas.
Con sorpresa, la ciudad recibió la noticia del cierre del tradicional local de la Calle Quinta, en el que por más de 20 años fue epicentro de la cultura de la rumba y la salsa.
Este templo de las corrientes salseras inició su historia hace 35 años.
Según Pedro Nel García, copropietario de ‘Tintindeo‘, “este lugar nació a finales de 1987 cuando un grupo de amigos de la Universidad del Valle buscaba espacio para disfrutar de la buena música, esa fue la primera etapa y se ubicó en un garaje sencillo del parque del barrio Alameda”.
“En su segunda etapa, en la esquina del Club Noel, ya no solo Blues, Jazz y música del Brasil, aquí ya el ingrediente era más salsero. Allí duramos 13 años, en los que construimos toda una identidad musical”, recordó García.
Luego de ser advertidos por el Dagma, tras el éxito del espacio y ser una zona residencial, ‘Tintindeo’ tuvo que cambiar de casa nuevamente. Desde esa época su hogar fue el barrio San Fernando.
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Fue entonces cuando los mismos bailadores y rumberos hicieron de este lugar un punto de encuentro para el goce salsero y una especie de ‘escuela’ para educar el oído, con buena música.
Así transcurrieron los años, hasta que la crisis provocada por la pandemia y el estallido social golpearon fuertemente al establecimiento.
“Un año antes de la pandemia ya estábamos en proceso de transformación, pues ya los visitantes pedían otros ritmos. En ese momento decidimos incluir la bachata, sin caer en la vulgaridad musical. Cuando llega el cierre, primero nos dijeron que era de 15 días, que duró 6 meses en un principio”, dijo García.
Así fue como empezaron a trasladarse a la virtualidad y dieron inicio a las audiciones por internet.
Tras la prueba piloto se pudo empezar a reabrir, pero no contaban con que el estallido social afectara en gran medida el funcionamiento del lugar.
“A las 7:00 p.m. ya no había un alma en la calle y fueron otros tres meses cerrados”, señaló.
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Luego de reactivarse en agosto del año pasado, los propietarios del lugar empezaron a notar que el espacio ya no estaba acorde a sus necesidades.
Así que toman la decisión de entrar en receso, y buscar otras alternativas para en unos meses, darle vida a un nuevo Tin Tin Deo.
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