Seguramente usted ha visto en varias partes de la ciudad o de la región, el letrero en rojo anunciando un punto de venta de La Sevillana y en ellos su slogan: ‘el sabor natural de la carne’, una promesa de valor que han hecho a sus clientes desde hace 35 años en sus carnicerías y que ahora comparten con sus platos a la parrilla, donde mediante técnicas de asado realzan el sabor natural de cada corte.
Probablemente usted ha comido allí. O ha comprado allí. O sabe de alguien que es cliente. Porque estamos hablando de una marca que llevamos en el corazón desde hace mucho tiempo. Su historia comienza, por supuesto, mucho antes de las parrillas y los menús que ofrecen carne bien preparada, acompañada de guarniciones de papa y ensalada fresca.
Viéndola desde los restaurantes de hoy, esta historia es una de esas luchas que empezaron justo en el extremo opuesto. Nacido en Sevilla, al norte del Valle, en la década de los 80 Rubén Darío Londoño (gerente fundador) ya era un joven que se la rebuscaba trabajando los fines de semana como domiciliario para la clientela de sus tíos, propietarios de una carnicería en la plaza de mercado de Buga. Esa fue la puerta de entrada, la que le presentaría su propio mundo. En 1985, y con apenas 15 años de edad, Rubén abrió su propio negocio como carnicero.
Con esa primera carnicería, recuerda, tuvo una conexión especial. En el sitio encontró el viejo aviso del anterior propietario, colega de oficio y paisano que se valió de su lugar de origen para el bautizo comercial, un nombre que al joven Rubén le resultó no solo poético sino lleno de sentido publicitario, pues le daba la posibilidad de retomar la base del concepto del negocio, pero incorporándole otro sello. Así nació 'La Sevillana’.
Este muchacho no se limitó solo a convertirse en un experto carnicero, sino que se interesó por estudiar y conocer todos los eslabones de su negocio, formándose y consolidándose como productor-ganadero. Esa vocación por el negocio lo llevó a incursionar con fórmulas de producción que aunque hoy ya no suenan a novedad, en su momento marcaron un valor diferencial a su favor: la carne molida, es un claro ejemplo de esto.
Cuando empezó el negocio, los clientes llevaban la carne en bloque para picarla y molerla con sus propios molinos de manivela. Rubén fue quien propició este cambio, el cual poco después se popularizó entre la competencia, pues todo el mundo comenzó a volverse cliente de la comodidad.
Otra de las características que empezaron a distinguir a la marca, fue el uso de la cadena de frío en la exhibición de productos, con la que también innovó: a diferencia de las demás carnicerías, en La Sevillana empezaron a ofrecerse cortes listos y fáciles de manipular a la hora del despacho, dejando atrás las grandes lonjas de pulpa, faldas y osamentas. Desde su concepción, y en todas sus líneas de negocio, los desarrollos de la marca siempre se han hecho pensando en sus clientes.
A la conquista de la región
En el 2003, Rubén dio un gran paso: llegar a la capital del Valle para abrir una moderna carnicería ubicada en la galería Santa Elena. Una apuesta que contó con el acompañamiento de un socio ganadero quien, meses más tarde, daría un paso al costado para dejarlo seguir con su propio camino de expansión.
El crecimiento, entonces, basado en la calidad de la carne, y también en la atención puesta en su comercialización, se reflejó en la inauguración de nuevos puntos que poco a poco abrieron sus puertas en distintos municipios, articulando una producción de ganado responsable bajo excelentes condiciones de pastoreo. Así ‘La Sevillana’ empezó a ser reconocida en todas partes como garante de calidad.
La marca no utiliza químicos, conservantes o saborizantes artificiales que alteren el sabor de la carne. Y esa es una de la razones por las que sus restaurantes parrilla están vinculados a las carnicerías. Son una nueva oportunidad de conectar con sus clientes, a los que definen como: clientes exigentes que buscan carne con altos estándares de calidad, a un precio justo y lista para consumir. La Sevillana cuenta hoy con 18 restaurantes y 10 carnicerías en la región.
Siempre a la vanguardia, para responder a las nuevas tendencias del mercado, han dado inicio a una nueva revolución con ‘Sevipack’: carne porcionada, empacada al vacío y lista para cocinar, con mejores tiempos de conservación, que muy pronto podrá comprarse de manera online pues será comercializada a través de plataformas móviles. De seguro dentro de muy poco usted verá también en su teléfono, en su tablet o en su computador: el letrero en rojo anunciando a La Sevillana, una experiencia única para disfrutar de un buen corte de carne, que recuerda un eslogan que es más bien su juramento: ‘el sabor natural de la carne’.
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