El veterinario Juan Enrique Romero aconseja cómo tratar a su perro o gato en cuarentena para que no vaya a sufrir complicaciones emocionales cuando se supere la pandemia.
La salud de las mascotas es otra de las grandes preocupaciones de quienes pasan la cuarentena obligatoria por coronavirus. Su estabilidad emocional y las consecuencias del encierro son tan solo dos temas que inquietan a los dueños de perros y gatos, y que el veterinario Juan Enrique Romero intenta menguar a través de varios consejos.
El médico es el nuevo presentador de las cápsulas que el canal Nat Gio prepara sobre las mascotas y que emitirá de 1:00 a 3:00 p.m., de lunes a viernes.
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A propósito, Romero respondió algunas inquietudes sobre las mascotas y dio algunos tips para mantenerlos sanos.
¿Al estar todo el día en casa, cómo puedo relacionarme con mi mascota sin romper su rutina?
El experto señala que dependerá de la mascota. Si es un gato, recuerda que estos son cazadores nocturnos, por lo que su rutina inicia a las 7:00 de la noche. Por eso, recomienda respetar sus horarios y evitar molestarlo cuando ha decidido no tener contacto con su amo.
En los perros, dice el veterinario, es más importante aún, pues estos son cazadores diurnos y al estar con ellos todo el día, podríamos alterar su hábito y costumbre de no tenernos cerca. "No debemos ir a buscarlo para despertarlo, porque al finalizar la cuarentena el animal va a tener lo que se llama hiper-apego", afirmó.
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¿Cuáles serán los principales cambios de las mascotas después de la cuarentena?
"La patología post pandemia en los perros será la ansiedad por separación, que es cuando el dueño dice que el perro se ha vengado por dejarlo solo, pero los perros no son vengativos, son tan amorosos que no les cabe en el cuerpo la ansiedad y la tienen que descargar de alguna manera", dijo Romero.
La venganza, la envidia o la vanidad son sentimientos complejos del ser humano y no de estos seres sensibles y sufrientes con pelo, que mueven la cola y nos acarician con los cachetes", dijo el veterinario.
Por otro lado, destacó que los perros podrían convertirse en expertos detectores de enfermedades. " La Universidad de Buenos Aires ya está trabajado con un médico veterinario francés y un perro que tiene hecha la nariz para detectar estupefacientes. Se calcula que, en mes y medio o dos meses de entrenamiento, este podría detectar cambios de temperatura y en la exhalación del aire, lo cual sería beneficioso en las filas y colas para la detención temprana del virus".
¿Y en los gatos, cuáles van a ser las consecuencias?
"El gato es más práctico a la resistencia del contacto, puede padecer de ansiedad por separación, pero es más resiliente a los cambios que el perro", afirmó.
¿Cómo sé si mi perro tiene estrés?
"Cuando viene el perro a mi clínica yo noto que hay un estrés cuando empieza a bostezar o cuando le empieza a caer agua por la trufa (la parte negra de la verdadera nariz) a lamerse en exceso o a gemir. El estrés llega a su culminación cuando empieza a romper cosas y bolsa porque necesita descargar energía", explicó.
¿Cómo puedo descargar su energía?
El experto recomienda jugar con el perro, pero no con una pelota como normalmente lo hacemos, sino con dos: "eso lo que va a hacer es que el juego sea más dinámico, porque para el perro la pelota no es otra cosa que un ser vivo que se mueve solo y que le permite cazar y una vez que la capturó, la ‘mató’. Y esta presa no la va a entregar si no está entrenado. Por eso, entre tener una 'presa' nueva y una por cazar, preferirá ir por otra", explicó.
¿Cómo lo hago con los gatos?
Juan Enrique asegura que la resiliencia del gato permite que se estrese menos. Sin embargo, se puede mejorar su salud emocional con sencillos juegos que se pueden hacer en casa: "puede armarle una caja en donde esconderse, que tenga una puertita y en el opuesto, otra para que pueda salir y la conectamos con una nueva casa como si fuera un laberinto".
También podemos correr los libros de la biblioteca 40 centímetros para que el gato pueda subirse y para esto lo motivamos con un poco de alimento balanceado, el gato buscará el alimento y se dará cuenta de lo placentero que es mirar el mundo desde arriba", recomendó Romero.
Frente a la reducción de la actividad física, ¿se debería reducir la porción del alimento?
"Es probable que uno tenga que reducir más o menos en un 10% la porción en el perro, considerando que los paseos son más cortos y la actividad física es menor. Ahora, en el gato no se debería realizar ninguna disminución porque este tiene la comida a disposición todo el día, ya que come de cuatro a ocho veces diarias pequeñas cantidades. Además, él mismo reduce su ingesta".
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