Hablar de sexo es tabú en la impenetrable sociedad de los judíos ultraortodoxos, pero una pareja trata de superar las barreras y vende -de forma discreta- juguetes sexuales para que los matrimonios de haredíes (temerosos de dios) no pierdan la pasión.
Ellos son Limor y Dudu Kleinman, una pareja de judíos religiosos residentes en el asentamiento judío de Tzur Hadasah, en las afueras de Jerusalén, que se dedican desde hace años a cuestiones relacionadas con la sexualidad.
Ella cuenta con un título universitario de terapeuta sexual y él ha tomado múltiples cursos en la materia. Hace poco más de dos años decidieron abrir su negocio y contaron su experiencia.
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