Varios soldados de EE.UU. resultaron heridos en el bombardeo iraní del 8 de enero contra una base militar en Irak con presencia de tropas norteamericanas, en represalia por la muerte en un ataque estadounidense del general Qasem Soleimaní, considerado un héroe en el país persa.
El nuevo balance fue dado a conocer en un comunicado por la coalición internacional contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) que lidera Washington. Las cadenas CNN y Fox, que citan a un alto cargo militar, elevan a once el número de heridos.
En un principio, el Pentágono había informado de que el ataque no había causado heridos; pero, ahora, después de evaluar otra vez a las víctimas, las autoridades identificaron algunos síntomas de posibles conmociones cerebrales debido a la fuerza del impacto de los misiles.
"Aunque ningún militar estadounidense murió durante los ataques del 8 de enero en la base de Ain al Asad, algunos han sido tratados por síntomas de conmociones cerebrales y todavía están siendo evaluados", indicó el portavoz de la coalición militar, Bill Urban, en un comunicado.