Antonio es un animal silvestre que se crío como mascota y fue llevado por las autoridades hasta el zoológico de La Paz.
Un zorro andino domesticado por una familia, que fue rescatado por las autoridades para llevarlo a un refugio, capta la atención de los bolivianos que están en casa este lunes por la cuarentena del coronavirus y el feriado del año nuevo aymara 2020.
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El animal silvestre fue acogido siendo cachorro por una familia de Oruro (suroeste), después de que unos cazadores furtivos mataran a su madre.
Desde entonces, hace ocho meses, vivía junto a otras mascotas en la casa de la familia Ajuacho, que lo bautizó como Antonio.
Las autoridades recuperaron de esa vivienda al zorro y lo llevaron al zoológico de La Paz, de donde irá a un refugio de animales en Senda Verde, en las estribaciones cordilleranas de los yungas de La Paz, donde estará con otras especies víctimas del tráfico de fauna.
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El caso ha concitado la atención a pesar de la emergencia por el coronavirus y la crisis política que desembocó la noche del domingo en la convocatoria a elecciones generales para el 6 de septiembre.
El ministro de Gobierno (Interior), Arturo Murillo, tuiteó:
Seré criticado, pero el bien mayor debe prevalecer, pido a ministra @Kindypinckert (Medioambiente) busque la forma de dar la custodia de Antonio a la única familia que tuvo, no merece sufrir teniendo gente que le da amor y cuidados".
La Defensora del Pueblo, Nadia Cruz, emitió un comunicado en que pide que el animal "no sea tratado como un objeto de propiedad, sino reconocer que él es sujeto de derecho y protección jurídica y debe ser tratado con respeto y solidaridad".
Con ese antecedente, sugirió que Antonio "debe ser devuelto a la familia que lo rescató y domesticó".
La ministra de Medioambiente, María Elva Pinckert, dijo la semana pasada que la ley establece que "un animal silvestre nunca pierde la genética salvaje de vivir en su hábitat (…), su genética tiene la agresividad".
"No lo podemos devolver porque la ley lo prohíbe", enfatizó.
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Sin embargo, en las redes sociales estallaron llamados en favor de la familia Ajuacho, que se trasladó más de 200 km desde Oruro para encontrarse con Antonio, que espera su suerte en un espacio de 100 m2 en el zoológico de La Paz.