Los perros rescatistas han sido una pieza fundamental para salvar vidas tras los terremotos en Siria y Turquía.
Tras el terremoto en Siria y Turquía, los rescatistas trabajan día y noche; para lograr rescatar a las victimas que se encuentran sepultadas debajo de las edificaciones.
Actualmente, los perros han sido de gran ayuda para esta labor de rescate. Estos animales rescatistas pueden oler el sudor, las hormonas, la sangre y los excrementos humanos, incluso la respiración de las personas sepultadas.
En este sentido, cuando los perros logran localizar a un superviviente; avisan a los rescatistas a través de ladridos o arañando en los escombros.
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Esta heroica labor de los canes se realiza en áreas donde el uso de maquinaria pesada podría hacer que los escombros se derrumben aún más, poniendo en riesgo la vida de los sobrevivientes.
México envío al menos 16 perros rescatistas hacia Turquía y Siria, con el objetivo de ayudar en las labores de búsqueda tras el terremoto.
Estos caninos hacen parte de la Cruz Roja Mexicana de Puebla y Querétaro. Ya que estos fueron muy bien entrenados luego de los dos temblores más devastadores en el país, que ocurrieron en los años de 1985 y 2017.
Precisamente, el Gobierno mexicano envió a Turquía 150 elementos especializados en búsqueda y rescate para ayudar a las víctimas y afectados por los terremotos.
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En un comunicado, la Cancillería de ese país precisó que el equipo interinstitucional especializado de búsqueda y rescate urbano. Está conformado por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena); de la Secretaría de Marina (Semar) y de la Cruz Roja Mexicana.
Las autoridades mexicanas dicen que su misión es "salvar vidas" y, si bien los perros pueden detectar el olor de los cuerpos. Así como el de aquellos que están enterrados vivos bajo los escombros; la esperanza es que su rápido despliegue resulte en rescates en lugar de recuperaciones.
Esta ayuda se suma a la de un centenar de países e instituciones; fundamentalmente con el aporte de equipos de voluntarios para los rescates así como financiación y suministros para la atención a los supervivientes de la tragedia.
¿Robots o perros?
Con ayuda de robots se busca evitar que las réplicas afecten a los equipos de rescate. Los cuales también podrían quedar sepultados bajo estructuras dañadas, dijo Karsten Berns, investigador de la Universidad Técnica de Kaiserslautern-Landau.
En el marco del proyecto ICARUS, de la Unión Europea; Berns desarrolló robots grandes parecidos a una excavadora, capaces de levantar grava y partes de edificios pesados.
Al poder ser manejados desde un kilómetro de distancia, no se expone al operador de la máquina a ningún peligro.
En este aspecto, una cámara transmite; además, lo que el robot "ve". Algunos robots también están equipados con sensores que detectan fugas de gas, ya que un sismo muchas veces daña las tuberías de gas.
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La última palabra de los expertos
Por su parte, los rescatistas advierten del peligro de dejar que los robots decidan en qué edificio derrumbado se deberá empezar con las labores de rescate.
"Hay personas bajo los escombros que se alegran de que alguien venga a rescatarlas". Pero, en ocasiones, los expertos saben que será imposible llegar a ellas, aseguró Berns.
Finalmente, cuando el peligro de un derrumbe es demasiado alto. A veces, un equipo tiene que optar por dejar atrás a las personas sepultadas para no poner en peligro a los rescatistas. Esta decisión no se puede dejar en manos de un robot.
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