Hace 38 años que Marlon Moreno empezó como actor. Tenía 14 años cuando entendió que triunfar requería dejar a Cali, la ciudad que amaba.
Han sido años por fuera, viniendo eventualmente y sintiendo ese calor que nunca se le apagó., porque aunque han sido muchos años por fuera, el actor de 52 años no pierde el desparpajo para hablar, el “vos” y la necesidad de sentirse en movimiento.
¿Sabias qué?Marlon Moreno Pasó por ser taxista, chofer, mensajero, cajero de banco y empleado de fotocopiadora, para costear sus estudios y cumplir sus sueños.
¿Qué es lo que más extraña de Cali?
Como me mira la gente, como habla, camina, o lo que come. Llegar al aeropuerto a comerme un chontaduro no tiene precio. Es estar en un lugar donde la gente habla como yo. Además es una ciudad muy ‘bacana’, lástima que nos hayan robado tanto. Por eso la sociedad termina en esos cordones de miseria que dan tristeza. Pero aún así, sigues viendo caras felices.
Si yo puedo patrocinarle ese momento a alguien, he puesto un granito de arena en su carrera y eso es como un boomerang, se devuelve.
¿Se imaginó alguna vez enseñando?
No, nunca.
¿Cómo es una clase suya?
Me pasa que en eso sigo mis instintos. Siento que no soy buen pedagogo, que no tengo intelectualmente un programa, pero me dejo llevar por mis instintos. Es un proceso muy intenso, porque yo soy así y eso se contagia en cinco segundos.
Si pudiera hablar con ese Marlon joven que está a punto de irse, ¿qué le diría?
Que se vuelva a ir. Yo he hecho lo que me ha dado la bendita gana. Mi espíritu aventurero está ahí y es lo que me ha hecho ver el mundo, y creo que por eso en esta época de la vida quiero compartirlo, porque yo nunca sentí deseos de enseñar nada.
¿Le afectan esas críticas?
Es que las críticas para arriba te hacen daño, porque te inflan, y para abajo, porque te desinflan. Yo estoy en mi propia búsqueda y sé que no le voy a gustar a todo el mundo.
De hecho, hay muchos mitos al rededor de ‘El Capo', dijeron que se creyó el personaje, ¿verdad o mito?
Es que ahí está el error: “te creías el personaje”. Ese es un personaje demasiado fuerte.
Y cuando llegué al set, me dí cuenta que estaba al lado de monstruos de la actuación y sentí en el ambiente que ellos no creían que yo era ‘El Capo’, y era normal, porque yo no había hecho un papel de esa envergadura.
Entonces, tuve que llegar a convencer todos los días a mis compañeros. Yo no me considero talentoso, por eso tengo que trabajar el triple, porque no tengo la capacidad de improvisar. Eso es lo que pudo haber pasado con esos mitos y leyendas.
¿Esta etapa como director qué le ha hecho descubrir de usted?
Mis ganas de compartir más. Tuve una época que quería llegar a la cima del Everest solo y esta etapa me ha hecho entender que de nada me sirve tomarme una selfie allá arriba solo. Quiero tomármela con la gente, con los que construyan. Creo que va a ser más chévere tomarme un tequila con alguien que solo.