A sus 50 años, el chileno Pedro Pascal se ha convertido en el rostro más deseado de la industria, destacando por su versatilidad actoral y su imagen de hombre auténtico y vulnerable.
Redacción El Qhubo/ Periodista Jesús Chacín
En los últimos dos años, el nombre de Pedro Pascal se ha convertido en una constante en las producciones de Hollywood. Tanto, que incluso actores como Liam Neeson bromean aclarando que, en sus películas, no aparece el carismático chileno. La anécdota, ocurrida en el lanzamiento de ‘¿Y dónde está el policía?’, es un reflejo del fenómeno que hoy rodea al actor, quien parece tener un lugar reservado en cada proyecto relevante de la industria.
Su más reciente interpretación como Reed Richards (Mr. Fantástico) en la película ‘Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos’ ha vuelto a poner su nombre en boca de todos. En esta producción comparte créditos con Vanessa Kirby, Joseph Quinn y Ebon Moss-Bachrach, y será parte de la próxima entrega de Avengers: Doomsday. A esto se suman sus participaciones en títulos como ‘Amores Materialistas’, ‘Trópico’ y ‘Eddington’, sin dejar de lado su protagonismo en ‘The Mandalorian y Grogu’, la esperada película del universo Star Wars.

El secreto de su popularidad no se limita a su presencia constante en pantalla. Pedro Pascal ha sabido proyectar una imagen de hombre genuino, sensible y cercano, que rompe con los cánones tradicionales del galán de Hollywood. La periodista Karen Valby, de Vanity Fair, lo define como “un buen hombre”, mientras que la actriz Vanessa Kirby destaca su “inmensa vulnerabilidad”, cualidad que, según ella, lo hace confiable y auténtico.
Para Spike Jonze, reconocido director, Pascal representa “lo que hoy buscamos en la masculinidad”: un hombre seguro de sí mismo, que no teme mostrarse frágil y que desafía las expectativas de un medio donde la imagen sigue pesando más que el talento.
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Spike Jonze has a theory about why so many people connect to Pedro Pascal:
— Film Updates (@FilmUpdates) June 24, 2025
“I think that he’s what we want in masculinity.” pic.twitter.com/y2kzG8mZLa
El recorrido de Pascal no ha sido fácil. De origen chileno, su familia debió exiliarse tras la dictadura de Pinochet. Creció en Estados Unidos, enfrentó el bullying escolar, y durante años subsistió con pequeños papeles en series como ‘Buffy, la cazavampiros’ y ‘La Ley & el Orden’. Su primer gran salto llegó en 2014, al interpretar a Oberyn Martell en ‘Juego de Tronos’. Luego vendrían roles protagónicos como el agente Javier Peña en ‘Narcos’ y Din Djarin (El Mandaloriano) en la exitosa serie de Disney.
Más allá de la actuación, Pascal se ha mantenido fiel a sus convicciones. Ha manifestado abiertamente su apoyo a causas como la libertad de Palestina, la defensa de los derechos LGBTIQ+ y la visibilidad trans, acompañando a su hermana Lux Pascal en eventos públicos. No teme pronunciarse contra figuras como J.K. Rowling, a quien criticó duramente por sus comentarios transfóbicos, reafirmando su compromiso con la diversidad.
This is Pedro Pascal's brother 'Lux', who he calls his sister.
— Gender Receipts (@GenderReceipts) April 25, 2025
No wonder he is attacking @jk_rowling. pic.twitter.com/Mx12og4pSZ
Su imagen de galán latino, con una masculinidad amplia y sin armaduras, ha sido reconocida como un nuevo modelo en la industria. Para Gerylee Polanco, productora de Ojoagua Cine, “Pedro Pascal es el nuevo galán de Hollywood, pero desde un lugar auténtico: asume su vulnerabilidad, su origen latino y su diversidad sin dejar de ser masculino”.
En cada entrevista, Pedro Pascal rememora la influencia de su madre, Verónica Pascal, fallecida en 1999. En su honor adoptó su apellido artístico y lleva tatuada su firma en la muñeca. Aquella herida, junto con las adversidades de su juventud, se han convertido en la esencia de su actuación, una mezcla de ternura, carisma y fortaleza que conecta con el público.

Actualmente, la vida personal de Pedro Pascal sigue siendo un misterio. Lejos de las controversias de Hollywood, ha preferido mantenerse reservado, mientras su carrera sigue en ascenso y su imagen de “hombre bueno” lo posiciona como un referente de la nueva masculinidad en el cine.
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