La instalación de un polémico monumento en la costa Caribe ha generado controversia en el municipio de Sincelejo, en el departamento de Sucre. El monumento, titulado "Mi primer amor", ha causado rechazo por parte de la ciudadanía debido a su nombre y diseño.
La estatua, de cemento, representa a una burra y tiene el doble del tamaño de un animal real. El monumento fue colocada por particulares en un espacio público turístico, específicamente en el parque Pozo de Majagual. Sin embargo, más allá del debate en torno al nombre, la polémica se intensifica debido al diseño detallado de los genitales de la estatua, lo cual ha sido interpretado como una normalización de la zoofilia.
En Sincelejo ya hubo un monumento derribado no hace más de 20 años: un arco horroroso que estaba detrás de la Catedral, con un reloj digital minúsculo, que afeaba todo el entorno. No duró mucho en pie.
— César Olse (@cesarolse) June 29, 2023
Ojalá la burra corra la misma suerte. No hay derecho. pic.twitter.com/5yHnIjUNFS
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Además, la placa ubicada en la base de la estatua ha generado mayor controversia al expresar de manera directa y provocativa.
"Rinde homenaje al hombre sabanero mamaburra del Sincelejo de antaño". Estas palabras han sido consideradas ofensivas y estigmatizantes para los habitantes del municipio.
La estatua de la burra destaca por su llamativo y colorido aspecto, con baldosas de diferentes tonalidades en forma de mosaico. Esta característica ha captado la atención de aquellos que desconocen los detalles controvertidos del monumento.
Dicen que la estatua promueve la zoofilia
Tanto la ciudadanía como expertos en la materia han expresado su indignación por el mensaje de zoofilia que se percibe en la escultura y por la forma en que estigmatiza a los habitantes de Sincelejo.
En respuesta a las numerosas quejas, el alcalde de Sincelejo, Andrés Gómez, ha rechazado rotundamente la intervención no autorizada del espacio público y ha ordenado el desmonte inmediato del monumento.
Esta controversia ha generado un intenso debate en la ciudad y plantea cuestionamientos sobre la responsabilidad y permisos necesarios para la instalación de monumentos en espacios públicos, así como sobre los límites del arte y la representación en la sociedad.
