En la capital vallecaucana se encendieron las alarmas por la calidad del aire, pues, cinco de nueve medidores, con los que cuenta la ciudad, se ubicaron por fuera de los niveles saludables.
La calidad del aire en Cali encendió las alarmas. El último boletín del Dagma, del pasado 19 de febrero, mostró que cinco de nueve medidores que tiene la ciudad se ubicaron por fuera de los niveles saludables.
De acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, cuando el puntaje del Índice de Calidad del Aire (ICA) marca por encima de 35, empieza a ser motivo de preocupación para la salud de las personas. Esto por su proximidad con el nivel ‘moderado’.
Las estaciones con los índices más perjudiciales fueron la del Obrero (57 puntos), la de Univalle (58), Compartir (60), Transitoria, cerca a Calipso, (62) y La Flora (72 puntos), esta última con el puntaje más grave.
Otros tres medidores no alcanzaron a recoger datos suficientes para el cálculo, por lo que solo uno (el de Pance) se ubicó en niveles adecuados para la población.
Alrededor del 93 % de la polución en la ciudad la generan los vehículos, especialmente las motos. Muchas de estas unidades circulan emitiendo gases de tono oscuro, generando un mayor daño al medio ambiente.
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Por otra parte, la organización Tángara, movimiento que trabaja creando conciencia sobre la calidad del aire en Cali, también tiene medidores en la ciudad, estos distribuidos en el centro, oriente y la zona sur.
Andrea Bernal Llanos, cocreadora de la Red Ciudadana de Tángara, aseguró que dos de los 14 medidores que ellos tienen les generan preocupación.
“Esos sensores, uno en el sector de Miraflores y otro cerca a Mojica en el oriente, nos están marcando hoy por encima de 50, entonces para nosotros es muy importante que la ciudadanía tenga claro que cuando estamos por encima de ese nivel ya hay que tomar algunas medidas”, manifestó.
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Dichas medidas consisten en evitar hacer ejercicio al aire libre, tratar de conservar a las personas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares en casa, sin exposición, y en caso que sea necesario salir, que lo hagan con tapabocas.
Andrea Bernal agregó que en Colombia la normatividad es muy laxa, y que Cali estaría en peores condiciones si no fuera por los vientos que llegan a la ciudad desde el Pacífico y Los Farallones. En esto coincidió Carlos Llanos, ingeniero forestal.
“Nuestro aire viene del Pacífico, allá llueve un poco más, pero cuando pasa a este lado se vuelve más seco. Aun así, esa circulación de aire se vuelve a refrescar cuando llega a Los Farallones, se llena de oxígeno, se renueva y baja a la ciudad, por eso es tan importante este parque natural”, contó Llanos.
Sin embargo, sostuvo que un cuento aparte son los árboles con los que cuenta Cali en su área urbana. “Estos recolectan material particulado de diferentes niveles, pero la ciudad tiene un déficit grandísimo porque debería estar por el millón de árboles y no tenemos ni la mitad”, dijo.
Lo que responde el Dagma
La autoridad ambiental en la capital del Valle aseguró que los niveles de contaminación aún no son para estar altamente preocupados, como sí ha sucedido en ciudades como Medellín y Bogotá, esta última con medidas como el uso de tapabocas para proteger a su población.
Sin embargo, desde el Dagma reconocieron que la polución ha sido alta. “Que los impactos por las quemas en el norte y oriente del país no nos lleguen genera tranquilidad, pero el Valle tiene sus propias dinámicas, también hay quemas y otras situaciones”, explicó Wilson Salas, coordinador del Sistema de Calidad del Aire del Dagma.
450 mil árboles tiene Cali registrados en su censo urbano, es decir que hay cerca de un árbol por cada 5 habitantes.
En ese sentido, se cuestionó la poca colaboración de muchos ciudadanos en la actividad que más daño genera: movilizarse.
“Los vehículos particulares son los que más aportan a la contaminación, si a esto le sumamos que los más antiguos generan más emisiones y las personas no hacen un buen mantenimiento preventivo, peor. Hay que usar otros medios de transporte”, agregó Salas.
Así se mide la calidad del aire
El nivel de contaminación se mide, de acuerdo con los estándares internacionales, por medio del Índice de Calidad del Aire (ICA).
Este mecanismo tiene seis categorías que van en orden ascendente, desde una calidad del aire buena hasta una peligrosa para la respiración de las personas.
Cuando un medidor marca de 0 a 50 puntos en la escala, la calidad es buena. Cuando va de 51 a 100, es moderada. Lo anterior quiere decir que hay que empezar a tomar algunas precauciones.
Cuando la medición da entre 101 y 150, la contaminación es perjudicial para ciertos grupos sensibles, como personas con dificultades respiratorias o cardiovasculares.
Las últimas tres categorías pueden generar problemas de salud en la población en general. Entre los 151 y los 200 puntos, la calidad es dañina; de los 201 a los 300 es muy dañina, y desde los 301 puntos hasta los 500, es peligrosa.
En Cali, los medidores captan las concentraciones contaminantes de PM10 y PM2.5.
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