"Amen su trabajo": mensaje que la aseadora asesinada en El Ingenio dejó a sus compañeros


Un año antes de morir, a María Elena Mendoza la exaltaron por su labor en la Universidad del Valle. De ella quedó esta entrevista que contó detalles de su vida.

En marzo de 2021, María Elena Mendoza Puliche, la mujer asesinada vilmente en El Ingenio, en inmediaciones a la Universidad del Valle donde laboraba, fue protagonista de la sección 'Mujeres UV', de la página web de la institución.

A ella, un grupo de periodistas le hicieron una entrevista para resaltar el trabajo que hacía desde hacía 13 años en la Sección de Servicios Varios del alma mater.

Entrevista a la que no quería acceder, pues le daba algo de pena, y a la que finalmente accedió porque le dijeron que iba a hacer algo corto.

Al final, con la amabilidad que la caraterizaba, María Elena les abrió su corazón y los entretuvo con sus historias.

Les contó que era caleña, madre cabeza de familia. Que la mayor de sus dos hijas es egresada del programa de Comercio Exterior y de la Especialización en Logística de la Universidad.

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Su hija menor, en ese momento, planeaba seguir los pasos de su hermana y adelantaba estudios técnicos también en Comercio Exterior, mientras esperaba ingresar a la Universidad para profesionalizarse.

"Todo lo que me ha aportado la Universidad ha sido positivo, en mi camino y en el de mis hijas. Quiero mucho este campus y vivo agradecida con Dios y con las personas con las que trabajo, porque estas aceptan mi estilo y mi forma de ser, todo eso suma. ¡Amo esta Universidad! Me gustaría decirle ‘la amo porque aquí hice mi…’ - se pone erguida y levanta la mano como si fuera a expresar un discurso; hay silencio por unos segundos y luego manotea- Pero ya loro viejo no aprende a hablar”, les dijo Maria Elena con risa espontánea y contagiosa.

María Elena Mendoza, asesinada en El Ingenio.

Su niñez

María Elena creció junto a dos hermanas en un hogar a cargo de su mamá, quién aunque no disponía de muchos recursos para la educación de sus hijas, les dio las bases para avanzar y sostenerse en la vida.

“La preparación a nivel educativo fue con mucho esfuerzo propio, aunque hubiera querido más cosas, pero no habían muchas oportunidades y eso quedó en stand by. Pero eso tampoco me entristece, porque a pesar de que me faltó preparación a nivel profesional, lo que he hecho lo he hecho bien y he contado con el apoyo de muchas personas”, les dijo.

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Y aunque no tuvo la posibilidad de prepararse a nivel profesional, María Elena hizo varios cursos en temas como atención al cliente, relaciones interpersonales, aseo hospitalario y contaba con un diploma como Técnica en Asistencia de Recursos Humanos.

Decía que entre sus planes estaba continuar estudiando algo que tuviera que ver con los números, como la contaduría.

Se declaraba admiradora de las mujeres que obtienen grandes logros, pero sobre todo, se sentía orgullosa de su trabajo como aseadora.

"Soy aseadora, pues fue lo que aprendí y en lo que me ocupo, pero si fuera comunicadora, secretaria o profesora también tendría amor por mi trabajo y queriéndolo no se siente difícil sino que se disfruta”, había dicho.

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Así la recordarán

Su sonrisa amable será bien recordada por los funcionarios que trabajan en el edificio de Administración Central de la Universidad.

Y es que a menudo daba la bienvenida a quienes pasan por la Rectoría o el Salón del Consejo.

También dicen que el olor del café que preparaba cada día muy temprano en la cocineta del cuarto piso de la Administración atraía a todos.

“Si tuviera una panadería, haría el pan queriendo que fuera el que más se comprara. En mi trabajo me gusta dar lo mejor de mi, del servicio que estoy prestando. Me gusta ser atenta, me gusta ser respetuosa, me gusta ser respetada, me gusta ser consciente del lugar que me corresponde. Respeto tu lugar y me gusta que tu respetes el mío. Me gusta ser muy discreta, no abusar de la confianza que me den, sino más bien tomarla para trabajar tranquila. Seguir aportando cosas buenas a mi trabajo es mi forma de manifestar agradecimiento", les explicó.

También les confesó que los momentos que más se gozaba en la Universidad, tenían como protagonistas a los estudiantes.

“Eventualmente, en los grados me ha tocado servir un cafecito en la mesa para los directivos, y desde ahí distingo a muchos estudiantes aunque no les sepa el nombre. Ese día uno los ve diferentes, bien bonitos, transformados. Para mi es muy gratificante cuando ellos se acuerdan de mi y me llaman por mi nombre, me dan un abrazo o me agradecen. Ahí se siente chévere, porque quiere decir que lo tienen a uno en cuenta y a pesar de que están tan elegantes le hacen esa ovación, eso da gusto”, señala con entusiasmo.

Su frase

"Aunque no esté en un aula aprendiendo algo, aprendo de todas las personas que me rodean y siempre tomo lo que me alimenta, lo bueno. Eso es lo que he hecho siempre, tomo lo que siento que me beneficia”, les dejó como mensaje.

Los hechos

Recuerden que los hechos en que fue asesinada María Elena ocurrieron en horas de la mañana de este miércoles 22 de febrero, exactamente sobre la Calle 13B con Carrera 86, en el barrio El Ingenio.

Además de ella también fue asesinada Gloria Mendoza, deja como saldo dos personas muertas, ambas mujeres, quienes se movilizaban en una motocicleta cuando fueron asesinadas.

De acuerdo con información preliminar, las víctimas fatales son Gloria Mendoza. Ambas mujeres eran tía y sobrina, quienes se dirigían a su lugar de trabajo en la Universidad del Valle.

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