Mauricio Leal siempre fue trabajador desde pequeño cuando vendía arepas en Cartago, Valle del Cauca, lugar donde inició su sueño de ser estilista.
Mauricio Leal y Jhonier crecieron en el municipio de Cartago, Valle del Cauca, allí fueron críados únicamente por su madre Marleny Hernández ante el abandono de su padre.
Desde muy joven Mauricio se interesó por la peluquería, al igual que su madre, por eso siempre ponía cuidado a cada detalle y a la forma cómo su mamá hacía peinados y los cortes al tiempo que trabajaba repartiedo arepas.
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Poco a poco reunió el dinero para abrir su negocio en un garaje, así lo cuenta Su tía María Nelly “haciendo cortes normalitos y con una mera sillita, inclusive no era silla de peluquería sino normal de la casa”. Ensayaba con sus primas, a hacerles peinados con los elementos que Marleny tenía en la casa.
Cuando despegó y su talento se empezó a dar a conocer, ya Mauricio Leal peinaba a modelos, actrices y reinas, al tiempo que su fortuna iba creciendo.
“La mayoría de las personas querían una cita con Mauricio si no había citas esperaban o simplemente cancelaban porque solo querían que Mauro Leal las atendiera”, recuerda Yazmín Medina Hernández, prima.
El Valle del Cauca ya le quedaba pequeño a los sueños de Leal de convertirse en un gran estilista, por eso se mudó a Bogotá.
De inmediato en la capital abrió su peluquería en una reconocida zona del norte de la ciudad a donde iban muchos famosos.
Según datos de la Fiscalía, la peluquería ubicada en el norte de Bogotá había alcanzado a generar 400 millones de pesos mensuales, pues cada cliente podía pagar 900.000 pesos por la atención.
